A raíz del testimonio de Thelma Fardín, la actriz que acusó a Juan Darthés de violación, varias fueron las mujeres que se animaron a relatar sus traumáticas experiencias.
En este caso, Lara Sambert, artista que estuvo en el Cantando 2011, reveló qué sucedió con Gino Renni, con quien trabajaba en aquel certamen.
«Estuve en el Cantando 2011 junto a Gino Renni. Llegué haciendo un casting y quedé porque tengo formación, vengo de familia de músicos. Siento que tengo una responsabilidad de comunicar lo que me pasó. En un momento quedamos sentenciados y teníamos que cantar el tema «Notti magiche»», arrancó la artista.
Luego, en «El Show del Espectáculo», ciclo de Ulises Jaitt y Gastón Samá, Lambert sostuvo: «Nuestro coach en ese momento nos dijo que estaba mal de la garganta, que no nos podía dar clases para que ensayemos. Me puse nerviosa porque justo pasaba eso en el momento más importante. Con Gino dijimos que teníamos que ensayar igual. Él me sugirió que ensayemos en su casa. Ahí me sentí mal porque tengo un tercer ojo. Sentía que se iba a desubicar el viejo, que iba a pasar algo. Y no me equivoqué. Yo vivía sola pero no sentía que el lugar para ensayar tenía que ser mi casa. No me sentía cómoda tampoco porque era una piba de recursos tirando para abajo».
Quebrada, Lara expresó: «Termino aceptando de ir a su casa y apenas acepté llamé a uno de mis mejores amigos. Le conté la situación y me dijo que le diga que estaba con un primo muy lejano que vino de visita esta semana y que si no le molestaba que me acompañe. Mi amigo me dijo que si me decía que ‘no’ era porque iba a empezar a hacerme algo. Me sentí mal porque tenía que inventar algo. Era una situación re incómoda. Lo llamé a Gino y me dijo que cómo se me ocurría traer a alguien, que no tiene nada que ver con el canal, con la producción. Me dijo que le daba vergüenza. Fue una reacción ilógica. Yo no tuve cintura y no pude manejar la situación. No sabía qué decirle porque era estúpido lo que me decía. Finalmente fui a ensayar a la casa. Le pedí el auto prestado a mi mamá. Era un departamento en Coronel Díaz y Honduras. Cuando entré al departamento sentí una luz baja y me pregunté si era una cita o un ensayo. ‘Vení, pasá, sentate, dejá tus cosas…vení que te quiero mostrar la ropa a ver si te gusta la combinación’ me dijo».
«Después me dijo ‘vení que te hago probar unos tragos’. Esto fue un día de semana porque al día siguiente teníamos una prueba de sonido. Tomo el trago y me lleva a recorrer la casa. Me dijo que no cuente nada de lo que vi en la casa. Me muestra fotos con Romina Yan, Gustavo Yankelevich. Me dijo que eran íntimos amigos suyos. Me pedía por favor que no cuente nada. Y yo pensaba ‘¿qué tiene de malo?’ No es que vi un cadáver. Y pasaron los minutos y empecé a sentir que mi cuerpo estaba anestesiado. Empezamos a cantar e hicimos la primera pasada. Cuando vamos a hacer la segunda pasada, me agarra de la cintura, me lleva contra su cuerpo, me aprieta fuerte y me empieza a besar la boca. Fue horrible la situación. Me empezó a tocar las lolas. Me hizo un comentario como que yo no tenía nada…», siguió.
«En ese momento yo no podía gobernar mi cuerpo. Algo le puso a la bebida, me drogó. Le dije me tengo que ir. ¿Estás bien? me preguntaba. Le dije que no, que me tenía que ir. Agarré las cosas.. no te podés ir así me decía, me quería llamar a un taxi. Yo no podía manejar la situación. Cuando llego al auto lo llamé a mi mejor amigo. le dije que me había puesto algo en la bebida, no sé qué me pasa, no puedo… mi amigo me preguntó dónde estaba. Le dije que vaya para mi casa, que voy a tratar de darle el auto a mi mamá que me va a retar», continuó con su relato.
«Me fui manejando, Gino me llamó y no lo pude atender. Llegué a mi casa, dejé el auto. Al rato me llamó al teléfono y me preguntó si estaba bien. Yo no quería ni hablar. Una parte se me borró. Mi amigo me cuenta que me quedé dormida. Yo tenía novio. Estaba saliendo con Diego Díaz. Él se asustó. No entendía mucho lo que había pasado. No le conté la realidad porque tenía miedo que pasara algo grave y yo trataba de preservar mi trabajo. No lo conté en su momento porque me daba miedo. Si lo contaba en ese momento iba a quedar como una mina que quería buscar prensa. Yo la verdad me formé toda mi vida como para ser conocida por este tema. Al día siguiente lo vi. En el ensayo vino y me quiso dar una pastilla y me preguntó si estaba mal del estómago. Es tan patético, tan oscuro… la gente que puede hacer algo así no entiendo cómo funciona su cabeza. En ese momento rechacé la pastilla. Yo trataba de esquivarlo. Mi cabeza decía que eso no estaba bien pero mi cuerpo estaba anestesiado. Sentía frialdad por lo que me había hecho y mi cabeza me decía que yo no podía confiar en nadie. A partir de ese episodio me empezó a maltratar. Me miraba mal, me hablaba mal, llegaba borracho a los ensayos, no quería ensayar. Demoraba todo, no le importaba nada. Me miraba como si fuese una mierda. Después no lo vi nunca más. Pienso que Gino es un hijo de puta. Qué tipo hijo de puta….», concluyó.