
En un impactante suceso que conmocionó a la comunidad de Ohio, dos perros de raza pitbull, Echo y Apollo, atacaron y mataron a una abuela de 73 años, JoAnn Echelbarger, mientras ella se encontraba en su jardín. Según informó People, los animales, propiedad de sus vecinos, estaban bajo los efectos de la cocaína en el momento del ataque.
Una tragedia anunciada
Un sistema fallido
El medio ABC6 reportó que, semanas antes del ataque fatal, la policía había sido llamada al hogar de los Withers debido a que los perros habían ingerido cocaína. Sin embargo, los animales fueron devueltos a sus dueños y el guardián de perros no tomó medidas adicionales.
Bill Rogers, hijo de Echelbarger, expresó su frustración ante la falta de acción de las autoridades, calificando la respuesta oficial como “imprudente”. “Siento que estaban jugando con la vida de muchas personas ese día, y ella fue quien pagó el precio”, declaró.
Repercusiones legales y búsqueda de justicia
El abogado de la familia, Rex Elliot, enfatizó la responsabilidad de las autoridades locales por no haber retirado a los perros del lugar. La demanda busca compensaciones por daños que superan los 25.000 dólares, además de daños punitivos que se determinarán en el juicio. Peter Scranton, abogado de Adam Withers, comentó a People que la fecha de sentencia para sus clientes aún está pendiente y que la familia Withers no dispone de muchos recursos económicos.
Este caso generó un debate sobre la responsabilidad de los dueños de mascotas y la eficacia de las autoridades locales en la gestión de situaciones potencialmente peligrosas. La comunidad de Ohio sigue conmocionada por la brutalidad del ataque y la aparente falta de medidas preventivas que podrían haber evitado la tragedia. La familia de Echelbarger continúa buscando justicia para honrar la memoria de su madre y abuela, quien, según su hija Earlene Romine, “no merecía esto. Fue torturada y sufrió”.
Fuente Infobae