La mujer cruzó las vías del tren por donde no debía. De un lado al otro del andén, entre las vigas y el canto rodado entre los durmientes, a peso lento, casi con torpeza. La estación en Melbourne, Australia, está casi vacía; al menos es lo que la cámara de seguridad muestra. La señora llega al otro lado. Lo único que le resta es trepar al andén, pero queda atorada. Y el tren se acerca.
Lo que sigue es el rescate frenético y desesperado de un hombre, el primero que la ve y la asiste, y luego de unos guardias que corren a salvarla. La agarran de los brazos y tiran, pero no logran destrabarla.
El tren aparece en escena a pocos metros y avanza firme. Los hombres tiran de la mujer una y otra vez. El tren ya está sobre ellos, cuando finalmente y por milagro la mujer sale elevada y termina en el andén. Acaba de ser salvarla.
Clarín