Independiente, luego de haber obtenido la Copa Suruga Bank, no pudo con Santos en Avellaneda y la llave quedó abierta. El martes de la semana que viene, en Brasil, se jugará la vuelta. El ganador de la serie jugará con River o Racing.
El primer tiempo fue muy parejo. Santos comenzó bien, buscó atropellar al Rojo, pero con el correr de los minutos el partido se emparejó.
El equipo de Ariel Holan trató de tomar las riendas del duelo, pero le costó durante los primeros 45 minutos. Paciente pero sin continuidad, el juego del local se hacía chato, tibio, sin sorpresa.
Pero el complemento fue un despertar para Independiente. Ya con más decisión, el local se llevó puesto a Santos, que retrocedió algunos metros para comenzar a cuidar su terreno. A los diez minutos de la segunda parte era evidente la diferencia.
En el minuto 24 de la segunda mitad Emmanuel Gigliotti desperdició la oportunidad más clara de la noche, cuando tiró por arriba del travesaño una pelota que le había quedado adentro del área chica. No había dudas de que el equipo de Holan jugaba mejor.
Independiente saturó las bandas y empezó a intentar por arriba. De esa manera estuvo muy cerca de abrir fuego. La falta de precisión en los últimos metros le negó la posibilidad de pasar al frente.
En los últimos diez minutos Independiente, por expulsión de Dodó, jugó con uno más que su rival. Estuvo cerca, es cierto, pero ya no había más tiempo: el arquero de Santos controló todo lo que le tiraron.
De esta manera, la llave de los octavos de final quedó abierta y se resolverá la semana que viene, en Brasil.