El Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), que dirige Alejandra Monjes Rosales, dio a conocer el informe del Índice Barrial de Precios en la provincia de Santiago del Estero del mes de Septiembre del 2020.
El Índice Barrial de Precios tiene como objetivo estimar el costo de vida en los distintos barrios de Santiago del Estero mediante el cálculo del valor y variación de la Canasta Básica de Alimentos (CBA). Esto permite conocer cuánto dinero necesitó un grupo familiar para cubrir sus gastos alimenticios y de bienes y servicios, para no estar bajo la línea de pobreza.
Según el relevamiento mensual de precios de las Canastas Básicas realizado por
el Índice Barrial de Precios (IBP) en 280 negocios de 50 barrios de la capital
santiagueña; en el mes de septiembre una familia conformada por dos adultos y dos menores precisó $ 43.068,06 para cubrir sus necesidades básicas durante un mes y no encontrarse por debajo de la línea de pobreza, cuando en septiembre del año anterior (2019) necesitó $ 31.520,05 para los mismos gastos. Lo que significa un aumento interanual del 36,63%.
La variación acumulada en los nueve meses transcurridos del año 2020 en
cuanto a la Canasta Básica Total (CBT); que abarca transporte, salud, indumentaria,
educación, entre otros gastos que pueden presentarse, tuvo un aumento del 30. 00 % en términos porcentuales.
En el mismo sentido, para cubrir los productos esenciales de la Canasta Básica
de alimentos (CBA) la misma familia en septiembre precisó $ 17,578.80 para no caer
en la indigencia. En agosto del año anterior (2019) el mismo grupo familiar necesitó $ 12.557,79 lo que demuestra un aumento interanual del 39,98%.
Durante los últimos 30 días una familia tipo necesitó $ 8,636.02 para cubrir los
alimentos esenciales en el rubro de almacén. En el rubro carnicería se requirió
$5,840.97 para cubrir los gastos mínimos.
Mientras que, en los productos de verdulería, el rubro que más aumento
durante septiembre, la misma familia necesitó para sus gastos $ 3,101.81 y su
aumento mensual fue del 13.13% en frutas y verduras en relación al mes anterior.
En el mes de septiembre los precios en los alimentos tuvieron un aumento del
5,06% en relación al mes de agosto tanto en la Canasta básica total como en la
Canasta básica de alimentos.
Según datos del INDEC en nuestra provincia 172.220 personas son pobres. En el
primer semestre de este año, el porcentaje de hogares que están por debajo de la
línea de pobreza (no tienen ingresos suficientes para cubrir sus gastos indispensables
de alimentación, servicios del hogar, transporte, educación, salud, y otras necesidades) alcanzó en Santiago Capital y Banda al 34,1%, en los que viven 42,9% de la población.
Desde el Isepci creemos que el dato de mayor gravedad dentro de este informe
del INDEC, es el siguiente: el 5,5% de esos hogares (que comprenden a 7,5% de las personas) no llegan a cubrir sus necesidades de alimentación durante la totalidad de día que comprende un mes (30), por lo cual, se considera que ese 5,5% de hogares se encuentran en condición de indigencia”.
La información que provee el INDEC además muestra el avance implacable de la
pobreza y la indigencia en los últimos dos años. Desde el primer semestre de 2018 a
igual período del 2020, el porcentaje de argentinos pobres aumentó 13,6 puntos -de
27,3 a 40,9- y el de indigentes subió 5,6 puntos (de 4,9 a 10,5).
De esos 5,6 puntos que la indigencia subió en dos años, casi la mitad (2,5) se
incrementó durante el último semestre. Obviamente en este aumento, la necesidad de decretar el aislamiento total para enfrentar la pandemia, fue y continúa siendo,
determinante.
El gobierno puso en marcha políticas que apuntaron a paliar la situación de los
sectores de menores ingresos. Desde el lanzamiento de la lucha contra el hambre en
los primeros días de asumido, hasta las medidas que vinieron de la mano de la
implementación del Aislamiento Social Obligatorio en todo el país.
La tarjeta alimentar, los bonos extraordinarios a los/as destinatarios/as de la AUH, a los jubilados y asalariados con remuneración mínima, la prohibición de despidos, en los primeros meses. El Ingreso Familiar de Emergencia, la Asignación para el Trabajo y la Producción, los créditos blandos para las PYMES, el incremento de la provisión de
alimentos para los barrios populares, y otros similares durante el desarrollo de la
pandemia.
Pero los resultados muestran que toda esta batería de medidas fue y son
insuficientes. La pandemia es una realidad insoslayable a la hora de evaluar la
situación, y claramente tiene una influencia negativa, que instala variables muy
difíciles de manejar. Esto es válido no sólo para nuestro país, sino que viene
sucediendo en el mundo. Los informes de los organismos internacionales explicitan un crecimiento de la pobreza en todos los países, independientemente de sus niveles de desarrollo. La profundización de los niveles de inequidad será una de los resultados más relevantes de esta pandemia.
Estas condiciones que hablan de un contexto muy desfavorable, no debe ser
excusa para que el gobierno no tome nota de que no sólo hay más pobres en el país,
sino que el continuar -por lo menos hasta el fin de la pandemia- con el IFE con
periodicidad mensual, multiplicar la entrega de alimentos, poner en marcha de
inmediato los programas destinados a las y cooperativas y PyMES textiles, de
producción de alimentos y de reciclado, el congelamiento de precios de los productos
que componen la Canasta Básica de Alimentos, son algunas de las medidas inmediatas para evitar que nuevos contingentes de argentinos y argentinos sean empujados bajo la línea de indigencia, al ritmo del aumento permanente de los precios de los alimentos que no dejó de avanzar en los últimos meses.