«Aquí había pólvora, lo que apunta a que no estamos tratando con explosivos comerciales ni militares. Podría ser casera, hecha a partir de fuegos artificiales, por ejemplo», dijo el portavoz de la policía Alexander Kiessling, según la agencia de noticias Europa Press.
Fuentes del banco indicaron que la carta había sido recibida este miércoles en la entidad, pero que fue detectada por los controles de seguridad antes de que llegara a manos de Ackermann, todo un símbolo del mundo financiero y capitalista alemán.
El Deutsche Bank, según funcionarios citados por la agencia de prensa, decidió aumentar las medidas de seguridad que habitualmente mantiene en todas sus sucursales ante la posibilidad de que se repita el intento.
El frustrado atentado se produjo en medio de las protestas que se registran en varios países occidentales por la crisis económica y la responsabilidad que tienen en ella los sectores bancarios y financieros.
Además, el incidente se produjo en la víspera de la reunión de los líderes europeos en Bruselas para encontrar una solución a la crisis de deuda soberana que sacude a Europa mediante la reforma de los tratados comunitarios, según la propuesta hecha por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
El mes pasado, Ackermann fue abucheado por grupos de indignados alemanes cuando intentaba dar un discurso en la ciudad de Hamburgo.
Ackermann, de 63 años, tiene previsto retirarse en mayo, después de dirigir durante más de una década el principal banco alemán, con un mercado de 28.000 millones de euros y 102.000 empleados.
Simon Johnson, un ex economista del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo definió como «uno de los banqueros más peligrosos del mundo» cuyos métodos convirtieron al Deutsche Bank en una amenaza para el sistema financiero mundial.
Su antecesor en el cargo, Alfred Herrhausen, murió en un atentado perpetrado en noviembre de 1989 por la Fracción del Ejército Rojo.
El grupo colocó una bomba en una ruta cercana a su vivienda y esperó a que pasara con su limusina para detonarla.
Fuente: Telam
