Casualidad o no, por estos días el ex jefe del Ejército César Gerardo del Corazón de Jesús Milani y el empresario kirchnerista Lázaro Báez transitan por un destino similar. Afectados por el avance de las causas judiciales en su contra, la salud física y psicológica de ambos empeora. Por este motivo, compartirán en los próximos días otra coincidencia: serán pacientes del Hospital Penitenciario Central (HPC), ubicado en el complejo carcelario de Ezeiza.
Casi en simultáneo, la Justicia federal resolvió ayer el traslado de Milani y Báez al mismo centro de salud, con el objetivo de preservar la vitalidad de los detenidos.
En el caso del ex jefe del Ejército, la Sala II de la Cámara Federal de La Plata resolvió dar lugar a un hábeas corpus presentado por la defensa, luego de que el juzgado federal N° 2 de Lomas de Zamora ordenara con «carácter de urgente» atención «médica y psicológica» para el ex funcionario militar. Sin embargo, ese recurso había sido apelado antes por Nicolás Valiño Castro, representante del Servicio Penitenciario Federal, y por ese motivo había quedado en suspenso el traslado hospitalario.
Según la resolución de los camaristas César Álvarez y Roberto Lemos Arias, la negativa a la internación no correspondía por las características del hábeas corpus y se procedió a otorgar el recurso en carácter «devolutivo», ordenando que se arbitren «los medios necesarios con el objeto de asegurar la integridad psicofísica del amparado», señala el escrito al que tuvo acceso Infobae.
Milani está detenido desde el 17 de febrero acusado por cometer delitos de lesa humanidad. Tiene prisión preventiva por el secuestro de Pedro Olivera, Alfredo Olivera y Verónica Matta, militantes en los años 70 y, en Tucumán fue procesado por la desaparición del soldado Alberto Ledo.
En el caso de Báez, detenido hace un año por la investigación conocida como «la ruta del dinero K», debió volver a la prisión del Hospital Penitenciario y permanecerá en esa unidad carcelaria bajo observación, luego de que fuera hospitalizado de urgencia por una arritmia severa padecida el martes por la tarde.
El miércoles, médicos del Cuerpo Médico Forense enviados por el juez federal Sebastián Casanello determinaron que Báez «no tiene una enfermedad coronaria» y por lo tanto podía regresar a prisión.
De todas maneras, el juez libró oficios tanto al Servicio Penitenciario Federal como al área penitenciaria del Ministerio de Justicia para instrumentar las «medidas necesarias para garantizar el estricto cumplimiento de los cuidados de salud» ordenados para Báez, indicaron a DyN fuentes vinculadas con la investigación.
La defensa de Báez, a cargo de Maximiliano Rusconi, había presentado escritos pidiendo que permaneciera internado a raíz de la gravedad de su cuadro y responsabilizando a las autoridades judiciales de lo que pudiera sucederle a su cliente.
Báez había sido trasladado en la noche del martes al sanatorio «Los Arcos», del barrio porteño de Palermo, tras haber presentado horas antes una arritmia confirmada por los médicos del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Entonces, el contratista de obra pública expresó que no se sentía bien y que el médico que lo atiende habitualmente en el penal lo revisó y «lo encontró normal». Sin embargo, dio aviso a los responsables del Servicio Penitenciario, que decidieron realizar un control extramuros al detenido. En ese marco fue sometido a un cateterismo cardíaco y estudios médicos.
Desde que fue detenido, el 5 de abril de 2016, el empresario presenta arritmia, hipertensión y un cuadro de diabetes, afecciones que son controladas por los médicos de la prisión.