Dos miembros de la plana mayor de la Fragata Libertad están siendo investigados por un presunto abuso de una cabo, también miembro de la tripulación. Se trata de dos tenientes del buque escuela de la Armada Argentina, que se encontraba realizando el 47° Viaje de instrucción, y como parte del mismo integró la regata de grandes veleros «Velas 2018», junto a barcos similares de otras marinas del continente y Europa.
Fuentes oficiales precisaron que en el puerto de Cozumel (México), último del itinerario conjunto que realiza la embarcación con buques de otras armadas, fue el lugar donde habrían sucedido los hechos que actualmente están bajo investigación por parte de las autoridades de la fuerza.
Según pudo saber Infobae, los dos tenientes –en ocasión de encontrarse franco de servicio–, coincidieron en un local bailable con una joven suboficial, con jerarquía de cabo. En tales circunstancias se habría producido el abuso, según declaró días después la tripulante de la Fragata Libertad.
Cronología de los hechos
El pasado 13 de septiembre, siguiendo la recomendación del jefe de Sanidad de la Fragata Libertad, capitán de fragata Roberto Hernández Nieva, el comandante del buque escuela de la Armada Argentina desembarcó en cercanías del puerto de Miami a una suboficial que presentaba un cuadro de malestar psicofísico. Las evaluaciones realizadas determinaron que era imposible atenderla adecuadamente a bordo y se ordenó su traslado a Buenos Aires, acompañada por el propio jefe de Sanidad del buque y una enfermera.
Una vez en el país, la cabo fue internada en el Hospital Naval «Cirujano Mayor Pedro Mallo». Allí, durante el proceso de atención médica, la joven detalló a los profesionales que la asistieron el hostigamiento que sufrió en el puerto mexicano. El abuso fue notificado de inmediato a las autoridades del área educativa de la fuerza y al comandante de la nave.
Los sucesos –considerados muy graves por la propia Armada– determinaron que el capitán de navío Carlos Funes (comandante del buque), siguiendo las instrucciones recibidas del director general de Educación de la Armada, contraalmirante Fernando Emir Maglione, dispusiera la inmediata repatriación de los oficiales involucrados en la denuncia y se inició una actuación sumaria.
La Armada Argentina puso a disposición de la denunciante la asistencia del personal de la oficina de «Violencia de Género». Hasta el momento no se ha radicado ninguna denuncia en la justicia por parte de la víctima y considerando que el acto fue cometido en un ámbito externo al buque escuela y en territorio extranjero, aún no está claro si la Justicia argentina es competente para entender eventualmente en una causa.
Durante la gestión del gobierno anterior se derogó el Código de Justicia Militar porque se lo consideraba un «fuero especial» que ponía a los militares en condiciones desiguales frente a la ley respecto al resto de los ciudadanos. Fue reemplazado por un reglamento disciplinario interno, que solo regula la aplicación de sanciones administrativas que, en su extremo, nunca pueden ir más allá de la baja (exoneración) de quien es encontrado culpable de una falta gravísima.
Fuentes de la marina de guerra consultadas por Infobae resaltaron que hay indicios de una conducta impropia para un oficial de la Armada que están siendo investigados.
«Estamos analizando con los organismos legales de la fuerza si estos oficiales están comprometidos con la comisión de una falta ‘muy grave’ o ‘gravísima’; cuando tengamos pleno conocimiento de la graduación de la misma aplicaremos las sanciones que el actual régimen disciplinario prevén», señalaron.
Desde la fuerza desmintieron enfáticamente versiones que indicaban que se produjo una violación dentro del buque escuela. «Este repudiable comportamiento, que no admite justificación o atenuante alguno, se dio fuera del espacio de control jurisdiccional de la Armada. Fue en un ámbito externo y todos los involucrados estaban de franco reglamentario, con lo cual resultó imposible anticipar el comportamiento de los mismos. Pero en ningún caso han sucedido los hechos que maliciosamente se han difundido», agregaron.
En cuanto a las posibles sanciones que podrían recibir los oficiales bajo investigación, no se descarta que se llegue incluso a la baja. La Jerarquía de Teniente de Navío es la cuarta posterior al egreso de un oficial de la Escuela Naval Militar.
Los imputados pertenecen a las promociones 136 y 137 de la Escuela Naval Militar, lo que implica una antigüedad de 15 años en la fuerza.
«Resulta inadmisible dentro de la disciplina militar que quien detenta una jerarquía en la cadena de mando naval abuse de cualquier forma de otro militar de menor grado. Si el abuso además tiene una connotación sexual o de violencia de género, seremos inflexibles y extremadamente severos», sentenciaron los mandos navales consultados.