Rusia e Irán firmarán el viernes un “Acuerdo Global de Asociación Estratégica” durante la visita a Rusia del presidente iraní, Masud Pezeshkian, anunció este lunes el Kremlin.
El año pasado Moscú concluyó un tratado que lleva el mismo nombre con Corea del Norte.
Uno de los artículos del acuerdo, ratificado por los diputados rusos en octubre, prevé una “asistencia militar inmediata” en caso de agresión armada por parte de terceros países. Las potencias occidentales ve en ello el riesgo de una escalada en el conflicto entre Rusia y Ucrania, que estalló hace casi tres años.
Pezeshkian y Putin se reunieron por última vez en octubre durante la cumbre de los BRICS celebrada en Kazán, en el suroeste de Rusia.
En aquella ocasión, el presidente ruso habló de una próxima visita de su homólogo iraní para firmar este acuerdo de asociación, según el Kremlin.
La agencia de prensa iraní Tasnim indicó a finales de diciembre que la visita tendría lugar el 17 de enero.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, ha confirmado el viaje de Pezeshkian y la firma del acuerdo “negociado entre ambas partes durante los últimos tres o cuatro años”.
Putin elogió en octubre los lazos “amistosos” entre Teherán y Moscú, y pidió que se consolide la “dinámica positiva” de su cooperación económica. Rusia quiere desarrollar un corredor logístico, ferroviario y marítimo, entre Moscú, Bakú, la capital de Azerbaiyán, y Teherán.
El “Rasht-Astara” es un tramo ferroviario estratégico del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), diseñado para conectar Rusia, Irán e India mediante rutas terrestres y marítimas. Este enlace unirá las ciudades de Rasht y Astara, en la frontera entre Irán y Azerbaiyán, fortaleciendo la conexión ferroviaria entre estos países. Su objetivo es reducir costos y tiempos de transporte entre Europa, Asia y el Golfo Pérsico.
El proyecto busca ofrecer alternativas comerciales a las rutas tradicionales, como el Canal de Suez, y permitir que Rusia acceda a mercados asiáticos y del océano Índico sorteando sanciones occidentales. Por su parte, Irán se beneficiará al posicionarse como un centro logístico clave para el comercio regional e internacional.
Actualmente, el Rasht-Astara está en construcción, con apoyo financiero de Rusia e Irán. Este tramo es una pieza crucial en los esfuerzos de ambos países por establecer infraestructuras comerciales que reduzcan la dependencia de sistemas controlados por potencias occidentales, potenciando su autonomía económica.
Irán y Rusia también fueron aliados del depuesto presidente sirio Bashar al-Assad, derrocado el 8 de diciembre por una coalición de rebeldes dominada por islamistas.
El suministro de misiles balísticos iraníes a Rusia en septiembre ya había generado una ola de tensiones internacionales, según había advertido el Departamento de Estado de Estados Unidos en su momento. La administración estadounidense calificó esa acción como una “escalada dramática” en el apoyo de Irán a la guerra en Ucrania, lo que podría desencadenar “consecuencias significativas”.
En aquel momento, el secretario del Consejo de Seguridad del Kremlin, Serguéi Shoigú, confirmaba que los procedimientos a la firma del acuerdo estaban en su etapa final.
Shoigú destacó que el objetivo de Rusia es profundizar los lazos de seguridad con Irán y promover acuerdos “al más alto nivel”. Estas declaraciones se realizaron durante la visita del secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Akbar Ahmadian, a la ciudad de San Petersburgo.
(Con información de AFP y EFE)
Fuente Infobae