A menos de tres semana de la llegada del papa Francisco a Egipto, dos atentados contra iglesias cristianas causaron al menos 33 muertos y 74 heridos, en dos acciones reivindicadas posteriormente por el Estado Islámico.
El primer ataque se perpetró dentro de una iglesia cristiana copta en la ciudad egipcia de Tanta, a 120 kilómetros al norte de El Cairo, donde el saldo parcial de víctimas ascendía a 22 personas muertas y 41 heridos, según información oficial.
La explosión sorprendió a los fieles dentro del templo de Mar Guergues (San Jorge, en árabe) que participaban de las celebraciones del Domingo de Ramos, que marca el comienzo de la Semana Santa.
El portavoz del ministerio de Sanidad, Jaled Mugahed, declaró a la televisión estatal egipcia, que los hospitales de Tanta han recibido, hasta el momento 21 cadáveres, y 59 heridos, mientras que el primer ministro egipcio, Sherif Ismael, condenó lo ocurrido y mostró la determinación del gobierno de acabar con el extremismo en el país.
«Se trata de un acto terrorista impío, pero erradicaremos el terrorismo de Egipto y tenemos la determinación para acabar con los grupos terroristas», dijo el primer ministro.
Poco después, otro atentado contra la catedral de San Marcos, en la ciudad costera de Alejandría, causó la muerte a otras 11 personas y heridas a 33, según indicó el Ministerio de Sanidad egipcio en un comunicado.
Ningún grupo ha asumido la autoría de los ataques, que se producen 20 días antes de la visita del papa Francisco, que tiene previsto desplazarse a Egipto los próximos 28 y 29 de abril en su primer viaje a Medio Oriente.
Pocas horas después del segundo ataque, el Estado Islámico asumió la responsabilidad de los hechos en un breve comunicado difundido por la agencia de noticias Amaq, vinculada al grupo armado cuyos principales bastiones se encuentran en Siria e Irak.
Horas después del ataque, cientos de personas se concentraron frente al templo atacado en Tanta, para mostrar su solidaridad con las víctimas del atentado.
Varios fieles golpean las puertas cerradas del templo, que los responsables entreabren en alguna ocasión, dejando salir un intenso e irrespirable olor a sangre.
Ashraf Ramzi, un copto de 26 años, dialogó con la agencia de noticias EFE, y contó que él y su padre se salvaron gracias a un pilar de la iglesia que detuvo la onda expansiva de la explosión que, según Ramzi, ocurrió en las primeras filas de la iglesia, donde se sientan los hombres y cerca de las bancadas de los diáconos.
Ramzi relató que la sala de oración estaba repleta y que en cada banco había sentadas al menos 7 personas, y asegura que vio en torno a medio centenar de cadáveres.
En varias páginas web cristianas se han difundido fotos del interior de la iglesia donde se pueden ver los cadáveres de los fieles amontonados junto a los restos de los bancos de madera, y salpicaduras de sangre en los muros del templo.
La minoría cristiana copta celebra hoy en Egipto el Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa.
Los atentados de hoy tienen como antecedente otro ataque contra cristianos ocurrido en casi cuatro meses atrás en la capital egipcia.
El pasado 11 de diciembre, 28 fieles de la minoría cristiana copta murieron en un atentado perpetrado por un suicida contra una iglesia ubicada junto a la catedral de El Cairo, en el barrio de Al Abasiya.