Italia pidió a la ONU la apertura de una investigación y «respuestas claras» tras la muerte de su embajador en República Democrática del Congo (RDC) en un ataque contra un convoy del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU que tras la autopsia se determinó que no fue ejecutado, sino que pereció en un tiroteo.
«Pedimos formalmente al PMA y a la ONU la apertura de una investigación para esclarecer que pasó, las razones que justifican el dispositivo de seguridad aplicado y a quién incumbe la responsabilidad de esas decisiones», enfatizó el Ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, ante el Parlamento.
«Hemos explicado que esperamos, lo más rápido posible, respuestas claras y exhaustivas», agregó.
Horas más tarde, la autopsia reveló que tanto el exembajador Luca Attanasio como su escolta carabinero Vittorio Iacovacci fallecieron en un enfrentamiento, lo que descartó la hipótesis de una ejecución.
Según la autopsia practicada en Italia, ambas víctimas recibieron dos balas que les atravesaron de izquierda y a derecha, consignó el diario local La Repubblica.
Uno de los disparos que alcanzó al carabinero en el cuello fue hecho con una Kalashnikov, según el examen forense.
El fusil de origen ruso es usado en el país tanto por rebeldes como por los cuerpos de seguridad.
El Gobierno de RDC asegura que no sabía que el embajador se encontraba en la zona y recordó un reglamento que obliga al alto personal diplomático a poner en conocimiento de las autoridades locales sus viajes fuera de la capital, recogió la agencia de noticias Europa Press.
Di Maio compareció ante el Congreso para hablar del caso y reportó haber vivido «un momento desgarrador» cuando la noche anterior recibió el cuerpo junto a las familias de las víctimas y el primer ministro, Mario Draghi.
Di Maio señaló que la responsabilidad de la seguridad era del PMA que decidió no poner escolta ni llevar vehículos blindados porque el camino estaba catalogado en el nivel amarillo, relativamente seguro, pese a los 122 grupos armados que operan en la región.
Agregó que pidió la apertura de una investigación formal y consideró que la mejor manera de honrar la memoria de los fallecidos en continuar invirtiendo en el futuro de África.
Attanasio, de 43 años, murió por heridas de bala cuando la caravana del PMA en el que viajaba sufrió una emboscada en la provincia oriental de Kivu del Norte, cerca de la frontera con Ruanda.
Kivu del Norte se considera una de las zonas más peligrosas de RDC, en el límite del Parque Nacional de Virunga. Pero, según los funcionarios humanitarios, la carretera por la que viajaban no requería escolta.
El Gobierno congoleño anunció nuevas medidas de seguridad y dispuso que los diplomáticos acreditados en RDC deben ahora informar previamente sobre sus desplazamientos en el interior del país.
Por su parte, el embajador de la Unión Europea en RDC, Jean-Marc Chataigner, desmintió las noticias falsas que se difundieron en redes sociales en las últimas horas y que afirmaban que Attanasio había viajado a Kivu del Norte para promover «intereses mineros de Italia».
El funcionario explicó que Attanasio viajó para visitar a ciudadanos italianos que viven en Goma y ver proyectos del PMA de primera mano, lo cual, subrayó, «es absolutamente normal».
Los cuerpos del diplomático y de su guardaespaldas llegaron a Roma ayer por la noche a bordo de un avión militar, un Boeing 767, en ataúdes envueltos en la bandera italiana.
Las autoridades congoleñas acusaron a los rebeldes hutus ruandeses de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), instaladas en el este de la RDC, de haber ordenado el ataque, calificado de «terrorista» por el presidente congoleño Félix Tshisekedi.
Sin embargo, los rebeldes negaron estar involucrados en el ataque y pidieron a las autoridades congoleñas y a Monusco (Misión de la ONU en la RDC) que diluciden las responsabilidades de este «despreciable asesinato en lugar de recurrir a acusaciones apresuradas».
Fuente: telam