El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, le ordenó al Ejército viajar de inmediato a la localidad de Brumadinho para asistir a las víctimas de la avalancha producida por la ruptura del dique de contención de residuos de la minera Vale que dejó un saldo de al menos 50 muertos y más de 300 desaparecidos.
El jefe de Estado llegará el sábado al lugar del desastre junto con su ministro de Defensa para decidir desde el terreno los pasos a seguir para «aminorar el sufrimiento» de los familiares de las víctimas.
Mientra tanto, Bolsonaro ya creó un «comité de crisis», integrado por los ministros de Energía y Medio Ambiente, para que lo asesoren en la toma de decisiones para intentar controlar los efectos de la avalancha.
Desde el Ministerio de Medio Ambiente informaron: «A inicios de la tarde del viernes tres represas se rompieron en la mina Córrego do Feijao. La obra está situada en un afluente del rio Paraopeba en la cuenca del San Francisco».
El hecho ocurrió en Brumadinho, a 60 kilómetros de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais. La minera expresó en un comunicado que su «prioridad total es preservar y proteger la vida de empleados e integrantes de la comunidad», aunque no es la primera vez que Vale está en el ojo de la tormenta por un desastre similar.
Desde Brasil, la periodista Gabriela Grosskopf explicó en TN: «Es una tragedia anunciada. La empresa fue responsable de un hecho similar en la ciudad de Marianas, en el mismo estado de Minas Gerais, hace tres años. Esta podría ser una de las más grandes tragedias ambientales en la historia del país: la ciudad quedó enterrada».
