En enero de 2024 las provincias recibieron $13.322 millones (crédito pagado), lo que implica una caída interanual nominal de 91% y una caída real de 98,0%, sostiene el informe, que resaltó que si se considera el gasto devengado, “se observó una suba nominal del 36% y una caída real del 62%”.
Por su parte, Catamarca, Chaco, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Río Negro, Salta, San Luis, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tierra del Fuego fueron las provincias que no recibieron transferencias durante enero.
“Respecto al gasto devengado, hubo cuatro jurisdicciones que tuvieron una suba interanual real: Santiago del Estero (44%), Catamarca (37%), Misiones (19%) y La Rioja (4%)”, señaló el estudio, que concluyó: “El hecho que el envío de fondos se haya movido a distinta velocidad que el devengamiento de fondos, implica que durante enero la Nación generó deuda con las provincias y CABA”.
Coparticipación cayó en enero
En tanto, la caída de la coparticipación en enero habría alcanzado el 13%, según distintos sondeos privados. En este sentido, una menor recaudación por el impuesto a las Ganancias y el IVA impositivo impactó también en los ingresos de las provincias.
Por otra parte, la fuerte suba que exhibió en términos interanuales el impuesto PAIS parece justificar los pedidos que muchos gobernadores hicieron al Ejecutivo de coparticiparlo como una condición para acompañarlo en la Ley ómnibus.
En concreto, de acuerdo a los datos difundidos por la AFIP, en términos reales la recaudación cayó 3,9% en enero. En el primer mes del año se destacó un crecimiento del 1.252% del Impuesto PAIS.
En tanto, AFIP indicó que el IVA Impositivo aumentó 200,6% (por debajo de la inflación estimada del 240%), en tanto que el IVA Aduanero se incrementó en 488%, lo que marcó un crecimiento por encima de la inflación. La parte impositiva, que está vinculada al consumo, mostró una fuerte baja, lo que refleja una caída del consumo en diciembre.
En tanto, el Impuesto a las Ganancias, el otro pilar de los ingresos del Estado, registró una recaudación de $1 billón, lo que explica un incremento nominal de solo 116%, cayendo fuertemente en términos reales.
Se trata de una fuerte baja de los ingresos como producto de la entrada en vigencia de las modificaciones del año pasado respecto de los salarios más altos, que dejaron de tributar, y que ahora ha generado una disputa con los gobernadores que buscan que les compensen los fondos perdidos.
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