Fue tal vez el momento más desconcertante de la apertura de las sesiones ordinarias. El presidente Mauricio Macri hablaba ante la Asamblea Legislativa, hasta que se vio sorprendido por los gritos de una mujer.
Se trataba de Joanna Picetti, la dirigente que integraba la lista de candidatos a diputados de Cambiemos pero no pudo asumir por «inhabilidad moral».
«Por favor, diputada, por favor», alzó la voz Gabriela Michetti para ponerle fin a un episodio que no estaba en ningún libreto. Instantes después advirtió de quién se trataba y replicó: «Me dicen que usted no es diputada, podría retirarse del salón. Por favor, se puede retirar. En este reciento sólo puede haber diputados y senadores. Silencio y si usted no es diputada tiene que salir del recinto«.
Para entonces Picetti estaba en la entrada al recinto pero ante la advertencia de Michetti redobló la apuesta y comenzó a bajar para ubicarse cada vez más cerca del jefe de Estado. Quedó a mitad de camino en las bancas que ocuparon los diputados del Frente para la Victoria y desde allí dijo: «Soy diputada electa, puedo estar acá». La respuesta de Michetti no demoró: «La Asamblea es para diputados y senadores en funciones no electos», pero nada la perturbó y allí se quedó escuchando el discurso de Macri. Incluso algunas legisladoras de Cambiemos se acercaron para «marcarla de cerca» mientras continuaba hablando el presidente, una de ellas fue la diputada por la Ciudad Cornelia Schmidt – Liermann.
Durante ese intercambio Macri giró su cara para preguntarle al presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó: «¿Quién es?». El legislador le dijo el nombre.
El jefe de Estado no la reconoció o se olvidó que se trata de Joanna Picetti, la dirigente de Cambiemos a quien la Justicia le impidió que asumiera su banca de diputada nacional por una denuncia presentada en su contra por supuesto maltrato contra sus hijos, aunque según ella: «Fui sobreseída en 2013 por inexistencia de delito, no porque se archivó o faltaron pruebas. Fueron a buscar algo tremendo de mi historia personal, que es de mucho sufrimiento y muy dolorosa, y que se haya usado esto para hacer daño a una persona no lo voy a permitir», dijo en su momento mientras reclamaba públicamente que la dejaran asumir.
Con pelo recogido, camisa blanca y saco de vestir azul Picetti permaneció parada hasta que finalizó el discurso de Macri entre las bancas de los kirchneristas José Luis Gioja y Axel Kicillof y rodeada de los carteles que estaban en esos asientos con leyendas como #HayOtroCamino y ‘Presidente: ¿quién va a pagar la deuda’
Los responsables de seguridad del Congreso se apostaron en los ingresos al recinto para esperar que la mujer decidiera a irse. En el mientras tanto todos se preguntaban quién le facilitó el ingreso a un lugar donde las medidas de seguridad fueron extremas. Aún no está esa respuesta.