Promediaba la tarde del viernes cuando desde el Indec surgió un dato que celebraron en el Gobierno: el desempleo bajó a 8,5% en el tercer trimestre del año con relación al segundo trimestre, cuando había marcado un 9,3%. La mejora en el interior, combinada con factores estacionales, dio un leve respiro en el marco de una economía que no arranca. El número, sin embargo, muestra también que en la Argentina hay un millón de desocupados y que todavía queda mucho por resolver en materia laboral.
Jorge Triaca, ministro de Trabajo, fue el invitado central del programa Comunidad de negocios, que se emite por LN+, y respondió a todo: por qué acordaron la emergencia con las organizaciones sociales; su análisis sobre los cambios en el impuesto a las ganancias y sobre la presión tributaria en general; cómo deben encararse las negociaciones paritarias para 2017, y la función que debe cumplir el empleo público, que, admitió, está creciendo en las jurisdicciones provinciales y municipales mientras se reduce en la administración nacional: «El Estado no tiene que ser un ámbito de prebenda», sentenció.
-Es una reasignación de partidas que nosotros les hemos propuesto a las organizaciones sociales para asegurar el financiamiento de lo que creemos que tiene que ser un nuevo registro de trabajadores de la economía popular, y para que ese registro nos permita constatar que esos recursos vayan a los beneficiarios y construyamos un sendero hacia la empleabilidad. Porque parte de la tarea que tenemos como gobierno y como sociedad es atender a esos cuatro millones de trabajadores que están en la informalidad: tenemos que trabajar para que tengan cobertura de seguridad social y aportes previsionales y así vayan transitando hacia la formalidad.
-¿Lo hicieron por convicción o porque los corría la oposición?
-Nosotros creemos que ése es el debate de fondo del problema del empleo en la Argentina. El empleo en los últimos cinco años se ha estancado. Con las organizaciones sociales también hablamos sobre la recuperación de la cultura del trabajo, sobre cómo mejorar las capacidades de estos trabajadores para generar más oportunidades de empleo formal. Por supuesto que requiere recursos, la contención es necesaria, no nos pusimos plazos cortos. Se va a resolver en tres años y planteamos un esquema de trabajo común.
-¿A quién le llegará efectivamente el bono de $ 2000 que sellaron en la mesa con empresarios y dirigentes gremiales?
-Cuando analizás el universo de los 6,2 millones de trabajadores del sector privado, sólo en la paritaria que se firmó para los sectores de construcción y de comercio ya hay 1,6 millones de trabajadores. Cada sector va avanzando sobre la realización de los bonos, sobre todo en los que tienen la oportunidad de hacerlo. Las pymes tienen más dificultades y por eso ofrecimos asistencia ahí. Pero te puedo decir que es un número significativo.
-El acuerdo para evitar despidos tuvo dos lecturas. Una desde el Gobierno y otra desde el empresariado y el sindicalismo…
-Lo primero que nos planteamos es la ratificación de la generación de empleo, ahí está nuestro foco. En los últimos cuatro meses, tenuemente empieza a haber un desarrollo de empleo neto. Por supuesto que hay sectores que avanzan más y otros menos. La construcción empieza a recuperarse y es de los que más han sufrido. Pero entendemos la preocupación de algunos sectores que tienen más dificultades. Ese compromiso es tratar de preservar y dar un cuidado particular a aquellos sectores donde hay más preocupación.
-¿Será de cumplimiento efectivo?
-Es un compromiso que asumimos entre todos. Son compromisos efectivos que hay que llevar a la práctica.
-¿Por qué no arranca la economía?
-Hemos resuelto muchísimas cosas, se avanzó mucho. Si uno mira los últimos meses, tanto en la situación del empleo como en la inflación empieza a mostrarse el sendero correcto. La Argentina necesita de muchas modificaciones en su cultura, mejorar su producción, que es parte del debate que nos venimos planteando. Les decimos tanto a los dirigentes sindicales como a los empresarios que demos ese debate en serio. No para la coyuntura, sino para el largo plazo.
-¿Cuál es el principal problema de la economía doméstica?
-Todavía hay que ordenar un poco los objetivos comunes. Hay muchos sectores a la defensiva, en lugar de pensarse a sí mismos como sectores con una oportunidad de desarrollo. El Gobierno propone sentarnos, charlar, involucrar a todos los afectados y buscar soluciones. Trabajar sobre los consensos.
-¿Qué rubros tienen más complicaciones hoy en términos de empleo y cuáles están bien?
-Los dos sectores que más sufrieron en el último año fueron la construcción y la manufactura industrial, sobre todo en los rubros vinculados con el comercio con Brasil. Una parte del sector autopartista, algunos de consumo masivo. Esos sectores tuvieron más pérdidas de puestos de trabajo, y nos duele. Tenemos que trabajar para recuperar esas oportunidades de empleo. Vemos que hay inversiones, pero que todavía falta.
-El Indec difundió el viernes un dato que dio un respiro, con una leve mejora del empleo.
-Creemos que nos empieza a mostrar que vamos por el sendero correcto, todavía hay mucha tarea por hacer. El trabajo informal es una de las cuestiones de fondo.
-¿Cómo se preparan para las paritarias de 2017?
-Parte de lo que hemos hablado con las organizaciones gremiales es poner el cuidado del salario real de 2016 y darle con el bono un cierre.
-Pero se ha perdido poder adquisitivo…
-Depende en el momento en que se firmó la paritaria. Algunas fueron divididas en dos partes, otras anualizadas, pero dimos la oportunidad de recomposición de acuerdo con la inflación que termina el año, a partir de ese objetivo común, que tiene un enorme esfuerzo por parte del sector empresario. La inflación que hay que registrar en las paritarias del año entrante es la efectiva de 2017. Ahí va a estar el verdadero debate. Hay un sendero claramente hacia la baja en la inflación.
-Cuando se miran los datos en el sector público, marcan que crece el empleo…
-Menos en Nación, que es el que ha disminuido el nivel de dotación, pero ha crecido en otros. El ministro de Modernización, Andrés Ibarra, hace un análisis no sólo sobre las dotaciones, sino también sobre las capacidades que deben tener los servidores públicos. El Estado no tiene que ser un ámbito de prebenda ni donde se encubra laboralmente una persona.
-¿Le preocupa el déficit de la economía local?
-Por supuesto. Tenemos que ser cuidadosos del mango, como dice el Presidente. Tenemos un sistema tributario con mucha presión, pero también con gastos enormes, en el cual más de dos tercios los representa la política de atención y contención social, y la queremos preservar y sostener. Lo hemos hecho así, pero hay que lograr una baja de la presión tributaria, como la que hicimos este año con el mínimo no imponible.
La Nación