«Venía corriendo desde La Dársena. Dos en moto y un tercero se me aproximaron. Dos me inmovilizaron de atrás y el tercero me pegó fuerte en la boca con un hierro. Me hicieron diez puntos, por dentro y fuera, y deben hacerme una cirugía reconstructiva”.
Micaela Coronel tiene 18 años. Junto con su madre, Lucrecia, están paralizadas en su casa, del barrio Villa Rosita, en La Banda.
Rodeada por la familia, la estudiante universitaria desgrana una odisea a plena luz del día. “Eran las 16 (cuatro de la tarde) y me dispuse volver a correr. Fui por la ruta 1 hasta La Dársena. De regreso, vi que venían (de frente) dos tipos en moto y un tercero se les acercó”.
Micaela sostiene que no le pareció nada fuera de lo normal, “hasta que uno de los tipos (de casi 40 años) cruzó la ruta. Ahí sentí que estaban tras mío los dos de la moto. Ellos me inmovilizaron y el otro se acercó. Cómo me defendía y gritaba, el sujeto llevaba un hierro con el que me pegó fuerte en la cara”.
Se desplomó
Debido a la intensidad del golpe, Micaela se desplomó y todo el peso recayó sobre sus rodillas. “Lo poco que recuerdo es que me arrastré hacia la ruta y los tipos se reían a carcajadas. Yo sangraba y ellos se burlaban. Apareció un hombre en una moto y los que me golpearon se quedaron quietos. Creo que por miedo. El de la moto también parece temía de los tres…”, ahondó la víctima.
En segundos, arribó una camioneta y sus ocupantes descendieron. Los tres agresores ascendieron a la moto y aceleraron hacia La Dársena.
“Me llamó alguien por teléfono y preguntó si era la madre de Micaela”, agregó Lucrecia.
“Yo pensaba que era una broma, pero el hombre sonaba serio. Me explicó que mi hija sufrió un accidente y que la estaban llevando al Hospital de La Banda. Ahí nomás, le pasó el celular a Micaela y me di cuenta de que todo era verdad cuando la escuché pedirme que vaya urgente a Hospital”.
Las heridas
Aquel ataque le provocaron daños gravísimos en los labios y en los dientes.
“Le hicieron una sutura interna y externa de 10 centímetros. El cirujano me dijo que hará lo posible para dejar a mi hija bonita como es. Pero también sé que quizá necesite otra cirugía reconstructiva y tratamiento en la dentadura”, profundizó Lurecia.
“No sé qué pasó. No tengo enemigos. Jamás me metí con nadie. Ni siquiera andaba digamos provocativa. Me cubrí con un pulóver la calza”, destacó Micaela.
Sea cual fuere la verdad, el incidente le causó lesiones en el rostro, pero aún en medio del estupor generalizado, la familia advierte el optimismo a pesar del susto.
“Gracias a Dios está viva. Pudieron haberle hecho cualquier cosa. Ese golpe tal vez centímetros más arriba, le hubiese destrozado, la nariz, los ojos o la frente”, enfatizó su madre.
Fuente: el liberal