“Este es el único diploma que tengo, es del Congreso cuando asumí como diputado. No tengo otro, ni de la primaria, porque solo hice hasta cuarto grado”
– ¿Y de adulto no pensó en estudiar?
-No. Elegí la militancia.
Juan Carlos Alderete señala, orgulloso, la distinción enmarcada y colgada al lado del retrato de Ernesto “Che” Guevara. Tiene mandato hasta el año 2023 pero no va a renovar su banca porque “hay que dejarle el espacio a otro compañero o compañera”.
“La situación del país es peor a la de 2001. Ahora la gente no tiene ni para hacer changas. Las necesidades en los barrios son cada vez mayores. La comida que llega del Estado no alcanza. En los comedores asistimos cada vez a más personas. La gente está muy mal, está angustiada”, describe.
-¿Y si esto sigue así qué va a pasar?
–Si esto no cambia vamos a un estallido social. La gente ya no aguanta más. Los movimientos sociales hacemos muchísimo para contener el malestar que hay abajo. Ojo, no va a pasar de hoy para mañana. Pero yo advierto que, si la situación económica sigue así, la gente se va a levantar. Hay mucho hambre.
Alderete es el primer diputado nacional surgido de las filas del Partido Comunista Revolucionario (PCR), su brazo político es el Partido del Trabajo y el Pueblo (PTP). Líder de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), también integra la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Es uno de los fundadores del movimiento “Los Cayetanos” que el pasado 8 de agosto movilizó a miles de personas en reclamo de un “salario básico universal” y “Tierra, Techo y Trabajo”.
En la Cámara baja está alineado a la bancada del Frente de Todos, que conduce Máximo Kirchner. Si bien forma parte de la coalición gobernante, expone en público las contradicciones y falencias del espacio que lo contiene: “Los anuncios del ministro Zabaleta son de buena voluntad. No se van a cumplir. Él dice que va a transformar los planes sociales en trabajo. Eso es imposible, en los barrios la gente no tiene ni para hacer changas. En el 2001 te dabas vuelta y algo encontrabas, ahora ni eso”.
Vive en La Matanza, el distrito más populoso de la provincia de Buenos Aires, y el que más asentamientos, villas y barrios carenciados contiene, junto con La Plata. Conoce de primera mano las necesidades de los sectores más vulnerables.
Junto a Luis D’Elia, fue de los primeros “piqueteros” que salieron a la calle a enfrentar la política económica del presidente Carlos Menem en los años ‘90. Su universidad fue y es el territorio. Pergaminos que lo hacen acreedor de ser un dirigente popular escuchado por la Casa Rosada. Por esa razón, su advertencia de posible estallido social no pasará inadvertida. Tampoco las críticas hacia el nuevo ministro de Desarrollo Social.
Los movimientos sociales opositores
– ¿Qué opina de la masiva movilización que encabezaron los movimientos sociales no alineados con Alberto Fernández?
-La gente está mal, muy, muy mal. Hay una necesidad cada vez mayor. Nosotros en la CCC tenemos mil quinientos comedores y cada vez atendemos a más gente. La movilización del miércoles fue legítima. Algunos dirigentes hacen una utilización política de esas demandas. Siempre fue así. Pero la que marchó es gente que tiene necesidades urgentes para comer. Estamos en una situación social que se agudizó. Faltan changas en los barrios. El trabajo falta desde hace tiempo, pero las changas es algo que se agudizó con la pandemia y el gobierno no hace nada para reactivarlas. La gente tiene que elegir entre comer o levantar tres paredes más. Esto pasa en todos los rubros. Ya no hay changas ni para cortar el pasto. Y menos para hacer veredas y cordones porque tampoco hay obra pública.
– ¿El conflicto con los dirigentes de izquierda se puede llegar a agravar porque el ministro Zabaleta no tiene previsto recibirlos, como pretenden los dirigentes del Polo Obrero?
-El ministro saliente (Daniel Arroyo) recibía a todas las organizaciones sociales sin importar si estaban alineadas o no al Gobierno. Ahora Zabaleta dice que tiene las puertas abiertas, veremos qué pasa. La frazada es corta. Los programas sociales tienen que aumentar porque 13.000 pesos del programa Potenciar Trabajo no alcanza para nada. También hay que aumentar los planes sociales. El reclamo siempre es político. Este ministro recién asumió, creo que habría que esperar un poco para ver si atiende las necesidades o no. Lo que se hizo con la marcha del otro día es marcarle la cancha al nuevo ministro. Eso es política.
-Ver a dirigentes sociales extorsionando a la gente para que asistan a la movilización bajo amenaza de quitarles el plan social indigna.
-Yo estuve averiguando. A esa gente de la Organización Clasista Revolucionaria no las conoce nadie. Cuando aparecen grupos así pienso que son grupos armados para provocar y deslegitimar los justos reclamos de la gente que no tiene nada. Lo del listado para cobrar los planes no existe. Los beneficiarios de los planes cobran directamente con una tarjeta en el banco. Esa gente estaba plantada ahí para desacreditar a los movimientos sociales.
-En la marcha los movimientos de izquierda reclamaban por el pago del programa Potenciar Trabajo. ¿Eso le ocurre solo a ellos?
-No. A nosotros también. Nos dijeron que los Potenciar Trabajo no se está pagando, o se pagan muy pocos por falta de recursos.
– ¿El Estado no tiene plata para pagar ese programa social?
-Los ministros nos dicen eso. Que no tienen los recursos.
– ¿Y por qué no reclaman? ¿O ahora no salen a la calle porque son oficialistas?
-Reclamamos vía Ministerio, o municipal, si los recursos son girados a los distritos. Nosotros como CCC salimos a la calle a reclamar cuando hay que hacerlo. En ese sentido el compromiso es solo con nuestra gente. La última vez que nos movilizamos fue para reclamar vacunas para los compañeros y compañeras de los comedores. Nos dijeron que sí, pero políticamente no nos dieron bolilla. No vacunaron a nadie. Ahora están todos vacunados, pero porque les tocó. En el Congreso tenemos la misma posición. Cuando no estoy de acuerdo con alguna ley, aviso al jefe de bloque que no voy a votar o que voy a votar en contra y listo.
– ¿Qué es lo que más le reclaman al Gobierno? ¿Con qué está en deuda Fernández?
-Con la generación de puestos de trabajo legítimos. Se tienen que rediseñar los programas sociales, en especial para los jóvenes y las mujeres. También está en deuda con la pequeña y mediana obra pública. Hasta ahora son todos anuncios y anuncios. Nosotros venimos reclamando la capacitación de los compañeros para, por ejemplo, trabajar en las obras troncales de agua para realizar en los barrios a través de las cooperativas. Eso tampoco está ocurriendo. Estamos en el pozo en algún momento vamos a salir por eso pedimos capacitación sobre todo para los jóvenes.
-Emilio Pérsico dijo que una de las salidas es el trabajo rural ¿usted está de acuerdo?
-Eso lo vengo proponiendo hace tiempo, presenté un proyecto en la Cámara de Diputados para que el Estado ceda parte de las 180.000 hectáreas que tiene sin uso, ahí se podría generar muchos empleos y alimentos y huertas para mantener a familias enteras con las ventas en las ferias francas para vender los alimentos que producen. Algo se está haciendo, pero muy lentamente, muchas veces el Gobierno se queda en anuncios y en buenas intenciones, pero con eso la gente no come.
-El nuevo ministro dice que va a transformar los planes sociales en puestos de trabajo, ¿cree que va a ser así?
-Si no se toman medidas son simplemente dichos. Por ejemplo, el ministro Zabaleta dice que va a transformar el trabajo golondrina en puestos de trabajo. La idea es buena, pero en la práctica no ocurre porque los patrones no están dispuestos a tomarlos de manera permanente.
-¿Cómo califica al gobierno de Fernández?
-Es un Gobierno popular por eso nosotros lo apoyamos, pero aún faltan discutir temas estratégicos como la hidrovía, no se está investigando por ejemplo el contrabando en la hidrovía. Tampoco se está hablando de la extracción y comercialización del litio en los gobernantes del norte impiden discutir este tema la plata la Universidad De Ciencias exactas de la plata tiene armada la primera fábrica de litio y para fabricar baterías y no la instalan.
-¿Cómo ve a la gente en los barrios más populares?
–La gente está muy mal, está angustiada. El Gobierno nacional tiene que ponerle plata en el bolsillo a la gente para reactivar el consumo. La principal deuda que tiene el país es interna, es decir con la gente. Se sigue dando vuelta con la deuda impagable que contrajo Macri con el Fondo Monetario internacional y no se hace para que el pueblo llegue a fin de mes. O al menos que pueda llevar comida a la mesa.
-¿La gente en los barrios está dispuesta a seguir esperando?
-Los barrios populares son un caldo de cultivo. En cualquier momento puede haber desborde. La situación es mucho más difícil que en el 2001. Si hay desborde va a ser mucho más difícil contenerlos. Nuestros compañeros de organización, aquellos que hemos logrado politizar, nos demuestran su disconformidad con el Gobierno de Fernández. Solo una cosa tienen claro, no quieren que vuelva Macri. Los compañeros en los barrios tienen enojo, preocupación, malestar. En el 2001 había inflación, la inflación hacía mucho daño, pero al menos había changas, ahora la familia se da vuelta y no encuentra ni una changuita para hacer por eso digo, la situación de la gente es peor que en esa época y eso es muy preocupante.
–¿Y no hay nada mejor ahora que en 2001?
–Tenemos un Gobierno popular que nos escucha, que tiene presencia en lugares donde antes no estaba. Pero si este Gobierno no soluciona la situación económica de los más pobres lo antes posible no sé cuánto tiempo más la gente va a aguantar, la angustia lleva a la desesperación y la desesperación te lleva a cortar la ruta, al no dejar pasar a nadie, a los piquetes irracionales que se vivieron en aquella época. los que vivimos en zonas populares como por ejemplo La Matanza sabemos de qué estamos hablando, la situación en La Matanza es desesperante. Por ejemplo durante la pandemia se cerraron 80.000 comercios entre ellos varias pymes. Todavía las condiciones para un desborde masivo no están dadas, pero puede haber si seguimos así. El presidente Fernández tiene que comprender que hay muchas necesidades entre la gente.
-¿Si lo tuviese ahora adelante a Alberto Fernández qué le diría?
-Que no queremos volver para atrás, queremos seguir avanzando. Hay que favorecer más a la gente. La tarjeta alimentar y otros planes duran una semana. Cuando esa plata se les termina, se vuelcan a los comedores y merenderos. Hay clubes de barrio, comedores evangelistas, merenderos nuevos que se abrieron y no reciben ayuda porque no se abre la inscripción. Hay muchas necesidades. La gente ya no aguanta más. Ese es el caldo de cultivo del que hablaba y que puede terminar en un desborde social si no se hace algo pronto. Ya se lo hemos dicho al Presidente y lo voy a seguir repitiendo.
Andres Klipphan/Infobae