Juan Carlos Schmid exuda un aire combativo. El termómetro social le indica que son tiempos de lucha y se lo hace saber a Infobae sin demasiadas vueltas. «Si Macri insiste en que no hay plan B, el paro del martes sólo será el principio de una larga pelea», atiza el integrante del triunvirato que conduce la CGT. Ya tuvo su aperitivo esta semana, cuando marchó al Ministerio de Energía contra los tarifazos, y al pedir frente a la comisaría 18 por la liberación de Juan Grabois, el referente de la Central de Trabajadores de la Economía Popular detenido tras actuar en defensa de manteros senegaleses. «Estamos ante la presencia de un gobierno con rasgos autoritarios y tenemos que reaccionar», descerrajó del otro del teléfono.
—¿Cree que la detención de Grabois respondió a motivos políticos?
—No creo que haya un hilo conductor.
—Le pregunto porque justo ese día acompañó a Cristina Kirchner a Tribunales.
—Sinceramente creo que la gente de la Policía Metropolitana no sabía a quién tenía enfrente.
—¿No hay lectura política entonces?
—Lo que digo es que no veo una actitud conspirativa sino más bien veo una actitud desmedida. No nos olvidemos de los episodios de la Plaza Congreso, donde se manejó muy mal el operativo de seguridad, con una represión feroz de la Gendarmería. En definitiva, lo que veo es el siguiente mensaje: «Nosotros vamos a asegurar el orden a cualquier precio».
—Un mensaje de mano dura.
—Hay una escalada de esa naturaleza porque la reacción ante un episodio menor, como el de Grabois, es absolutamente desproporcionada. Y el antecedente inmediato es lo ocurrido en Moreno con la docente agredida. Frente a eso no hay que tener dudas y hay que cerrar filas.
—¿Vincula el episodio de la docente secuestrada con la detención de Grabois?
—Sí. Son dos hechos, obviamente de distinta naturaleza, que se dan frente a una protesta. Pero el mensaje es el mismo. No quieren a la gente en la calle.
—¿Y por qué cree que criminalizan la protesta social?
—El desmembramiento de la policía, entre la Ciudad y la Federal, deja abierto muchos interrogantes, entre otras cosas porque eso siempre ha sido un tema de extrema complejidad de todos los gobiernos. Me llama la atención cómo reaccionó cuando detuvieron a Grabois y a otros compañeros. Había compañeros muy golpeados, yo lo vi cuando ingresé a la dependencia policial. Parecía que hubiera habido una confrontación con una línea completa de manifestantes, cosa que no ocurrió.
—¿Pero por qué ahora?
—Hay un denominador común en todo: el calentamiento de la temperatura social. Lo veo en los lugares que estoy recorriendo: en el Gran Rosario, en Córdoba, en La Matanza, en todos lados.
—¿Para usted la gente «no aguanta más», tal como dice el afiche que convoca al paro?
—Exacto. Es como dice nuestro afiche, el paro es porque no se aguanta más. Este programa económico, con estas instrumentaciones, donde lo único que se aspira es poner en orden las cuentas sin tener consideración sobre lo social, va a generar este tipo de temperatura.
—Entonces el paro no se levanta.
—No.
—Le pregunto porque el Gobierno hizo puentes con la CGT para reunirse.
—Sí, pero no creo que esté en la cabeza del Gobierno levantarlo. El paro está muy instalado. Que quede claro, el paro es inamovible.
—Igual podrían haberse reunido con el ministro de Producción, Dante Sica. Lo cortés no quita la valiente.
—Pero no es una buena señal tener una reunión previa a una protesta. En todo caso eso se debe hacer a posterior. Por otro lado me cansé de repetir que cualquier agenda que se abra hacia futuro debe contener alguno de los reclamos que se están planteando.
—¿Y sospecha que eso no va a ocurrir?
—Los funcionarios deben explícitamente manifestar que hay voluntad de corregir. ¿Si no para qué nos vamos a juntar?
—¿Puede haber episodios de saqueos, como ya ocurrieron de manera focalizada en estos últimos tiempos?
—Según algunas fuentes que tenemos, en los últimos tiempos hubo 20 intentos de distinta naturaleza en toda la geografía nacional. En un episodio bastante confuso muere un menor. Siempre hay que buscar las causas de esto. Estos hechos no se provocan sino en causas. Y yo no voy a avalar el saqueo ni ningún desmán violento ni mucho menos, pero hay situaciones muy pero muy delicadas, al filo del equilibrio, en un montón de lugares sencillamente porque la canasta básica se ha vuelto inalcanzable. Y a pesar de que el Gobierno está volcando mucha ayuda, el proceso inflacionario va con una velocidad mayor que la asistencia que pueda hacer el propio Estado.
—De acuerdo a la ecuación que usted hace, el riesgo de saqueo está latente.
—Entiendo de que el Gobierno debe tener estos datos en su propio diagnóstico, ¿no?
—Y si es así como dice, ¿qué imagina que está haciendo el Gobierno para evitarlos?
—No lo sé pero creo que el poder político y el Estado tienen que dar un agradecimiento muy fuerte a las organizaciones populares. En la marcha de la CTEP, que fue importante, donde no hubo ni un vidrio roto ni ningún desmán, dije que le tienen que dar un agradecimiento muy particular a las organizaciones sociales que actúan en el territorio y contienen a la gente.
—Lo extraño es que Grabois, uno de los mejores interlocutores del Ministerio de Desarrollo y quien más elogiaba a Carolina Stanley, terminó preso.
—No es muy extraño porque hay mucha torpeza en el Gobierno.
—¿Torpeza o dureza?
—De la represión de diciembre para acá tuvo actitudes de mayor dureza. Hay una situación de extremada tirantez y tensión social. Esto está en la calle, en los barrios, en todos los lugares.
—¿Al punto de pensar que Macri se quiere ir, como dijo públicamente Moyano?
—Yo no tengo esa información. No accedo a esos niveles de información.
—¿Pero usted es moyanista o no es moyanista?
—Jajaja. Para unos soy el moyanismo y para otros no. Yo no puedo andar diciendo que tengo la marca en el orillo de empezar esta experiencia alrededor de dos tipos muy solidarios, y dos maestros, como el Bocha Palacios y el Negro Moyano. Yo no empecé a pelear ahí. Yo vengo de la década del ´70. Sin tener personería gremial nosotros tuvimos gente detenida y pudimos contar, en el medio de tanta tragedia, un final feliz. Y yo volví a la actividad sindical de la mano de mi gremio, cinco año después de haber sido cesanteado. Tengo mi propia personalidad en todo esto.
—¿Qué pasa después del paro?
—Macri dijo que no hay plan B. Y si no hay plan B seguramente va a haber más conflicto. Si hay esa cerrazón va a haber más conflicto, no tengan dudas. Si Macri insiste en que no hay plan B, el paro del martes sólo será el principio de una larga pelea.
—¿Cómo interpretó la CGT que Trabajo haya dejado de ministerio para pasar a ser una secretaría?
—Sería bueno que el Gobierno lo explique en el plano internacional, donde suele decir que le va muy bien. El G20 tenía como preámbulo del año que viene «el futuro del trabajo», o sea, cuál sería el perfil del trabajo en el siglo XXI. ¿Cómo explicará Macri, o los encargados de la política exterior, que en el país donde se va a discutir ese tema ha pasado de Ministerio de Trabajo a Secretaría de Trabajo? ¿Qué tipo de valoración tiene? Sería muy bueno también que la prensa le pregunte esto.
—Ya se habla de un incremento del impuesto a las Ganancias para los trabajadores.
—No hay sorpresas. Es una promesa incumplida más. Recuerdo que este gobierno llegó con el slogan de que nadie iba a pagar Ganancias. En eso hace lo mismo que hacía el otro gobierno.
—El otro gobierno era peronista. Usted es peronista ¿A quién apoya en el PJ?
—Yo estoy a favor de que haya una gran interna en el peronismo. Y al que gane habrá que apoyarlo. No le veo otra salida.
—¿Y si la gana Cristina Kirchner?
—Si la interna del peronismo la gana Cristina la apoyaré. Hay que respetar la voluntad de las mayorías como muchas veces digo que debería ocurrir en el propio sindicalismo, cosa que a veces se olvidan.
—La preguntaba si votaría a Cristina porque usted fue muy crítico con ella.
—Si gana en una interna donde yo deposito mi voto tengo que respetar la voluntad mayoritaria de peronismo.
—De todos modos hoy parece imposible que el PJ vaya unido.
—Yo creo que frente a una situación como la actual, cuando uno habla en los campamentos peronistas y en los sindicatos, todo el mundo está en favor de frenar este ajuste y este modelo económico. Y entonces todo el mundo tiene que ser honesto, generoso y tener grandeza, cosa que es bastante escasa entre muchas de las figuras relevantes del partido.
—¿Entonces?
—Tenemos que frenar el ajuste y construir una oferta electoral más acorde a estos tiempos, que tenga como objetivo central reconstruir gran parte del aparato productivo del país, que va a salir muy dañado de esta experiencia. Hay que hacer el esfuerzo.
—¿Algún dirigente que imagine como prenda de unidad?
—No lo veo aún. Hay que mirar la experiencia de los últimos años del peronismo. Parecen los congresos de la CGT: están todos diciendo «éste está con aquél, el otro está con fulano, mengano se alinea en determinada postura», y resulta que vamos al congreso y eso se resuelve media hora antes de subir al escenario.
—O sea, usted ve que la unidad del PJ es posible. Es optimista.
—Hay cosas que han sucedido en días dentro del peronismo. Todo es posible.
—¿Cómo evaluó la CGT la causa de los cuadernos? Allí aparecen empresarios con los que muchas veces se sientan a negociar.
—Hay una investigación, citaciones, declaraciones, confesiones de distintos actores que dan cuenta de que efectivamente ha habido algo. Desde el punto de vista jurídico, yo no soy abogado ni juez ni nunca estudié derecho, mucha gente tiene la percepción de que el procedimiento está bastante amañado, que está direccionado.
—¿Direccionado en qué sentido?
—En distintos aspectos. El dinero que tanto se busca perforando medio territorio no aparece entonces es complicado tener una precisión alrededor de todo esto.
—En su momento a José López le encontraron plata
—Sí, pero estamos hablando de mucho más dinero. Acá se construyen fantasías en el desarrollo de la noticia. Yo escucho por la televisión decir «se robaron dos PBI». Están diciendo barbaridades.
—¿Para complicar a Cristina?
— Yo uso la figura del capitán. El que está arriba del puente es el capitán. No se puede eludir la responsabilidad política, aunque uno no haya estado. Yo estoy en un lugar en la CGT, así como otra gente está al frente de una empresas o de un partido político, donde no se puede controlar tooooooodo el espectro. Pero eso no te exime de la responsabilidad política.
—¿Dice que Cristina tiene responsabilidad política pero igualmente cree que hay una persecución por parte del juez Bonadio?
—No sé. No conozco los antecedentes de Bonadio ni sé si hay animosidad en contra de ella. Pero obviamente ha habido algunos procedimientos que llaman poderosamente la atención. Permítame dudar. Más no puedo decir.