El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, viajó este domingo a Cuba para reunirse con su homólogo cubano, Raúl Castro, y estrechar los vínculos comerciales bilaterales.
El jefe de Estado encabeza una misión de doce empresarios que participará en una rueda de negocios para «aprovechar oportunidades de intercambio y aumentar las exportaciones hacia la isla» en áreas de construcción, agroindustria, alimentos, petróleo, electricidad y energía, indicó la Presidencia en un comunicado.
Santos viajó en compañía de la ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacoututure, y el presidente de ProColombia, Felipe Jaramillo.
Será recibido por Castro en el Palacio de la Revolución.Previamente asistirá a la rueda de negocios en el Hotel Nacional y luego depositará una ofrenda floran en el monumento del héroe José Martí.
Tras su reunión con el presidente cubano, irá al Palacio del Marqués de Arcos, donde homenajeará al Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, quien mantuvo una estrecha relación con la isla.
Colombia y Cuba acordaron en 2016 ampliar su intercambio comercial, en el marco de las nuevas políticas de apertura del gobierno de Castro, que permitieron a Bogotá duplicar los bienes y productos que exporta con beneficios arancelarios hacia la isla.
Las exportaciones de Colombia a Cuba ascendieron en 2016 a 33,5 millones dólares, la gran mayoría «bienes no minero energéticos», mientras en los primeros cinco meses de este año la isla compró 12,7 millones de dólares, según cifras del gobierno colombiano.
La Habana fue durante cuatro años sede de las negociaciones de paz entre el gobierno de Santos y la guerrilla marxista FARC, que finalmente suscribieron un histórico acuerdo en noviembre pasado. Cuba también fue garante de las conversaciones.
El líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño «Timochenko», se encuentra en la isla comunista desde el 4 de julio para recuperarse de un accidente cerebrovascular leve que sufrió en el país cafetero.
El pacto de paz busca terminar con 53 años de conflicto interno, que ha dejado en Colombia 260.000 muertos y 60.000 desaparecidos.
