El «Julio Grondona» de las provincias que la Casa Rosada tiene en la mira

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Ejerció desde siempre un cuidado bajo perfil, maneja fondos millonarios que distribuye discrecionalmente -por los que le exigen escasos controles-, está alineado al peronismo ortodoxo y por estar desde hace 30 años al frente del Consejo Federal de Inversiones (CFI) a Juan José Ciácera se lo conoce como el Julio Grondona de las provincias.

Ciácera llegó al CFI en 1987 de la mano de un acuerdo entre el alfonsinismo y el peronismo. Desde entonces no se movió de su sitial. Este ingeniero químico mendocino, por adopción sanjuanino, resistió a todos los presidentes que pasaron por tener en sus manos el secreto de una fórmula infalible: con los fondos que maneja desde el CFI, Ciácera sustenta desde créditos para obra pública de los gobernadores, misiones comerciales al exterior, fiestas provinciales, acuerdos de consultoría, programas de desarrollo productivo, hasta planes económicos para el sector privado.

El titular del CFI cuenta con un presupuesto anual de entre 2.000 y 3.000 millones de pesos que se le otorga por una deducción del 1,9% de la masa coparticipable que la Nación gira mensualmente a las provincias. Si la recaudación impositiva es mayor, los fondos del CFI serán mayores. Pero nunca recibe menos de la cuenta.

«Sabemos que hay manejos irregulares o turbios y creemos que en esta nueva etapa de transparencia de la Argentina hace falta un cambio en el CFI», explicó a Infobae un funcionario del gobierno que aclaró que la Casa Rosada no tiene poder formal alguno para remover a Ciácera. En rigor, para eyectar de su puesto al titular del CFI hace falta el acuerdo de al menos dos tercios de los gobernadores. Esto es más de 17 mandatarios. Y se sabe que ya hay una intención clara de varios  gobernadores de Cambiemos para avanzar con esta movida aunque no llegarían con los votos.

De perfil estrictamente técnico pero alineado al peronismo ortodoxo, Ciácera vivió sus años de oro en el CFI bajo la presidencia de Carlos Menem. Es que allí se alió al entonces gobernador sanjuanino, el controvertido Jorge Escobar, y desde el CFI alimentó los programas de promoción económica de muchas provincias, repartió fondos para la realización de fiestas provinciales e impulsó emprendimientos con beneficios fiscales en muchos distritos. Todo ello sin la supervisión de la Sigen o de la Auditoría General de la Nación.

«Por las características del CFI no hace falta que los fondos que maneja su presidente sean auditados por el gobierno. Aquí los gobernadores ponen una auditoría externa y así se controla», dijeron los voceros de Ciácera a Infobae. El titular del CFI no quiso hablar sobre lo que más se menciona en estos días: su futuro político.

«Sin comentarios», mandó a decir a sus voceros. Es que el ciclo de Ciácera parece haber llegado a un fin. La Casa Rosada lo tiene en la mira, los gobernadores de Cambiemos impulsan su remoción y la liga de mandatarios del PJ resisten su salida. Sólo hace falta que algunos gobernadores peronistas acepten los vientos de cambio de Macri para que la jugada quede completa.

No se conocen hasta ahora denuncias judiciales contra Ciácera. «Como buen burócrata ordenado se cuida mucho de no exponer irregularidades», sentenció un gobernador radical que lo conoce desde hace muchos años. Coincide con esa apreciación un dirigente peronista de La Pampa que dialogaba mucho con el titular del CFI durante el menemismo: «Ciácera da créditos baratos, mantiene contentos a los gobernadores y no pide nada a cambio», dijo. Pero el reparto discrecional parecer haber sido una constante en la administración del CFI. Los peronistas siempre recibían más que los radicales.

En el Ministerio del Interior dijeron a Infobae que el gobierno «no se va a meter en esta pelea ya que no tiene voz ni voto». Pero admitieron que el tema se conversó con los gobernadores de Cambiemos que cuestionan a Ciácera. Un mandatario del frente PRO-UCR del norte argentino -que pidió reserva- expresó tajante a Infobae: «Nadie sabe bien qué hace el CFI con los fondos de las provincias y en momentos que soplan vientos de transparencia sería bueno que Ciácera de un paso al costado. En caso contrario vamos a insistir en promover que esto ocurra».

No será fácil esta estrategia de Cambiemos por una simple razón: el titular del Consejo Federal de Inversiones acaba de renovar su mandato y tiene para tres años más. Por otra parte, esta no es la primera tormenta política que enfrenta este legendario hombre del PJ de nexo asiduo con el interior. Durante la administración de Néstor Kirchner, el entonces presidente de la Nación -que sabía perfectamente de los manejos y el poder que tenía Ciácera porque había vivido el CFI desde adentro como mandatario de Santa Cruz-, impulsó su remoción. Fue en el año 2004 y Kirchner propuso a Alejandro Arlia, el posterior ministro de Salud de Daniel Scioli que falleció extrañamente en Estados Unidos el año pasado. Pero la embestida de Kirchner no dio resultado. Con el respaldo de la mayoría de los gobernadores peronistas Ciácera resistió los golpes y triunfó. Luego se ganó el visto bueno de Néstor y Cristina Kirchner bajo la supervisión del ex gobernador sanjuanino José Luis Gioja.

Los vendavales quedaron atrás y Ciácera quedó en pie. Hasta en ese detalle el titular del CFI parece emular perfectamente a Julio Grondona, cuya máxima en la AFA era la fiel oración del «todo pasa».

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