Kosiner: «Hay una distribución muy discrecional de los recursos de las provincias»

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El diputado salteño Pablo Kosiner, jefe del interbloque Argentina Federal, espacio que representa los intereses de los gobernadores del PJ, habló con ámbito.com sobre la relación entre el gobierno de Mauricio Macri y las provincias, y consideró que existe un reparto «discrecional» de los recursos.

Además, cuestionó la política económica de la Casa Rosada y alertó que su espacio no acompañará la reforma laboral si incluye modificaciones a la ley de contrato de trabajo y «si pone en riesgo derechos adquiridos».

Respecto al rearmado del peronismo de cara a 2019, confió en que los gobernadores junto a otros dirigentes, entre los que incluyó a Sergio Massa y Florencio Randazzo, puedan consolidar una opción para enfrentar a Cambiemos en las urnas. Consideró que la expresidente Cristina de Kirchner se alejó del PJ y que no basta solo con ella para ganar la elección.

Periodista: Hace un mes su interbloque se reunió y pidió cambios al Gobierno en su política económica ¿qué creen que debe modificar?

Pablo Kosiner: Me parece que hay una visión de fondo que el Gobierno no termina de asumir, que es la que habría que cambiar, y es que está muy atado a políticas solamente monetarias. Siempre apuesta a las variables del dólar o la tasa de interés. Creemos que la Argentina necesita una política económica más atada a la inversión en infraestructura, en mejorar la competitividad para que realmente se hagan inversiones. Esto se ve en lo que está pasando con las economías regionales. Las variables monetarias a las que apuesta el Gobierno no juegan a favor de la política de desarrollo de las economías regionales. Han pasado dos años de gobierno de Macri sin que haya producido inversiones en materia de infraestructura que genere competitividad para las economías regionales, y eso se está sintiendo. El crecimiento que alude el Gobierno, no es como dicen los liberales que ‘derrame’ en los sectores que más necesitan la inversión para generar trabajo y desarrollo. Ahí es donde estamos trabados. Más allá de los índices que han salido en los últimos días de empleo y pobreza, no se ve que esos índices estén impactando en la economía real.

P.: ¿Es engañoso el último dato de pobreza?

P.K.: Dentro de una Argentina donde últimamente todo lo que discute se lo mete en una trituradora «agrietaria» donde hay quienes creen y los que no… bienvenidos los índices. No creo que haya que discutirlos. Lo cierto es que hay una importante sensación en la gente de que las cosas están cada vez más caras, que la plata no alcanza, que no dan respiro los aumentos tarifarios, que los bolsillos de los argentinos cada vez están peor. Uno se guía por lo que la gente vive día a día en materia de precios y de tarifas, que cuesta conseguir trabajo, que las pymes son más las que cierran que las que abren, es muy difícil discutir eso. Por ejemplo, cuando desagregás el índice de empleo ves que en el sector privado la cantidad de nuevos puestos es ínfima; la mayoría son monotributistas, monotributistas sociales, empleo público. El trabajo genuino no está siendo generado. Entonces no hay que quedarse solo en la discusión del número. Porque al desagregarlo es donde vemos las dificultades que tiene el país.

P.: ¿Cómo está hoy la relación entre la Nación y las provincias?

P.K.: Los gobernadores tienen muy buena predisposición al diálogo, a tratar de encontrar soluciones. Pero por ahí uno ve cosas que empiezan a generar alamar. Por ejemplo la situación de los Aportes del Tesoro Nacional que están concebidos para situación de crisis, o de desfasaje económico, lo vimos en el último informe del jefe de Gabinete, Marcos Peña, donde de acuerdo a la información que dio un 75% de los ATN distribuidos en el 25% de los municipios que administra Cambiemos. Por un lado hay una distribución muy discrecional de los recursos, y por otro gran parte de los inversiones que se habían comprometido en materia de infraestructura se han retardado. La Pampa ha decidido no firmar el pacto fiscal por compromisos que se han incumplido. En Córdoba nuestros compañeros están pidiendo un informe sobre la distribución de los recursos, sobre el funcionamiento de algunos programas del Gobierno que vienen retrasados. Se ve que en las provincias comienza a haber algunas luces amarillas sobre remisión de recursos, sobre ejecución de programas y sobre niveles de inversión comprometidos que no se están cumpliendo.

P.: ¿A qué atribuyen esa discrecionalidad?

P.K.: Me parece que es lo que le pasa a cualquier Gobierno en algún momento. A veces algunos se dejan llevar por la administración más centralizada de los recursos, priorizando lo poblacional, otros tienen un condimento político. Nosotros propusimos una ley de distribución automática de los ATN, pero no hemos podido avanzar en su momento sobre eso. Vamos a ver si podemos insistir. Nos parece que el reparto de los ATN se está haciendo de acuerdo al color político de los municipios.

P.: Trascendió que el Gobierno reimpulsará la reforma laboral en junio, mientras se dispute el Mundial de fútbol ¿qué actitud tomará el interbloque Argentina Federal?

P.K.: Hoy lo único que tiene consenso para ser tratado es lo que se refiere a la inclusión laboral; es decir, la regularización del trabajo no registrado. Todo Gobierno ha tenido leyes de blanqueo laboral. Argentina tiene tasas muy altas de trabajo no registrado y eso hay que corregirlo. Todo lo que sea modificar la ley de contrato de trabajo y poner en riesgo los derechos consolidados de los trabajadores no va a tener consenso.

P.: La última sesión en Diputados, en la que se aprobaron los tres decretos en reemplazo del mega DNU terminó en escándalo porque el oficialismo se retiró del recinto ¿qué opinión tiene de la actitud de Cambiemos?

P.K.: Se magnificó un poco. El final de la sesión me parece que tuvo que ver con una actitud de ver quién generaba más impacto sobre el rechazo del DNU. Se trataron las tres leyes y tenían un artículo, a propuesta nuestra, que determina la derogación del decreto, y por eso era abstracto tratar nuevamente su rechazo. Eso generó una confusión y creo que eso magnificó todo, porque ya se habían sacado los temas más conflictivos, que era lo que pedían todos los sectores, como el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que no se puedan embargar las cuentas sueldo, el reemplazo de las facturas electrónicas por el papel, y la venta de terrenos del Estado, entre otros. Fue una discusión de quién se llevaba el rédito político de rechazar o aprobar el DNU. Porque igual el decreto iba quedar vigente hasta que lo trate el Senado.

P.: ¿Qué esperan de la presentación del ministro de Finanza, Luis Caputo, que debe presentarse esta semana en el Congreso a aclarar la situación con sus cuentas offshore?

P.K.: Que sea sincero, honesto, y que realmente diga la verdad. Hay dos temas fundamentales. El conflicto de intereses, si ha declarado todo o no, si ha operado con offshores y con empresas que podría haber conflicto de intereses en materia de negociación de títulos de la deuda. Y también deuda de la Argentina. Está claro que gracias al proceso de desendeudamiento hoy los niveles no son totalmente desesperantes, pero sí el crecimiento es muy rápido. Entonces queremos ver realmente la relación de deuda-PBI, queremos ver hacia dónde se direcciona la deuda, qué porcentaje va a cubrir déficit, qué porcentaje a infraestructura, a inversión. En fin, hacer una evaluación general de la situación del ministro y de la deuda.

P.: ¿Cómo está el rearmado del peronismo de cara a 2019?

P.K.: Estamos generando un espacio donde están los gobernadores, diputados, senadores, intendentes, personas de distintas partes del país que conciben la idea de generar una alternativa competitiva para 2019 sobre la base de poder posibilitar una agenda de trabajo que no tenga que ver con la discusión de poder entre los dirigentes. Poder salir de la discusión de nombres y apellidos, y tratar de construir algo que para la gente vuelva a ser confiable. Hay que hacer una autocrítica: en las últimas tres elecciones nacionales el peronismo ha perdido. Eso quiere decir que algo ha pasado. Si nosotros seguimos planteando lo mismo, no podemos pedirle a la gente que cambie más allá de los errores del Gobierno. Está claro que la mayoría de los argentinos no quiere volver hacia atrás, pero tampoco está conforme con lo que hay hoy. Con lo cual el peronismo tiene que ser lo suficientemente inteligente para construir a futuro una opción que vuelva a lograr el apoyo de muchos sectores de la sociedad que antes lo votaron. Hay que volver a enamorar a esos sectores que en otros momentos nos han acompañado.

P.: ¿Ese armado incluye al kirchnerismo?

P.K.: No es una cuestión de nombres y apellidos, esa dinámica hay que cambiarla. Tenemos que ver si nos ponemos de acuerdo con un proyecto político hacia futuro. Lo que sí, es que nosotros hemos decidido construir dentro del Partido Justicialista. Creo que hay compañeros que esa discusión no la han saldado. Muchos de ellos han decidido construir una opción distinta. La coincidencia tiene que ser sobre el proyecto político, no sobre los nombres y apellidos, porque si la discusión es sobre personas automáticamente nos ponemos un techo en esa construcción.

P.: Pero algunos ya están en la carrera para 2019…

P.K.: Del espacio de gobernadores y otros dirigentes va a salir un candidato a presidente. En ese espacio hay muchos compañeros que tienen la posibilidad de construir (Juan Manuel) Urtubey, (Sergio) Uñac, (Juan) Schiaretti, (Gustavo) Bordet, (Juan) Manzur. Creo que tenemos que generar lazos para dialogar con Sergio Massa, con Florencio Randazzo. Son nombres de referencia, de experiencia, de trayectoria. Hay muchos compañeros dentro de esta misma visión. De ahí tendría que salir nuestro candidato a presidente.

P.: ¿Qué rol juega Cristina de Kirchner en el rearmado del peronismo?

P.K.: Cristina referencia un sector que ha decidido construir otra opción política, y no está muy claro cuál es la relación que quiere tener con el Partido Justicialista; sus últimas declaraciones no han sido demasiado buenas hacia el peronismo. Claramente referencia a un sector importante. Pero me parece que hoy no alcanza eso para ganar la elección, por eso planteamos algo superador.

P.: ¿Les molesta que los cataloguen como el peronismo «dialoguista»?

P.K.: No. Lo que hoy la Argentina pide es diálogo, un proceso de unidad. Sabiendo que tenemos muchas diferencias pero que momentos, que son los de la gestión, en los que hay que buscar puntos de acuerdo. Después en los momentos de las elecciones, donde uno claramente se diferencia con una tónica electoral, pero la tónica electoral no puede ser permanente. Tenemos una posición que no es ni mejor ni peor que la de otros compañeros. Es distinta, porque nuestra realidad es distinta. Nosotros tenemos que administrar muchas provincias. Nos damos vuelta y tenemos que resolver problemas. En cambio hay otros que solo tienen el rol de oposición y no tienen la responsabilidad de resolver esos problemas. Cuando gobernás una provincia estás obligado a sentarte a dialogar. Hay que revalorizar el diálogo en la Argentina. Bajo ningún punto de vista me molesta el término dialoguista. Ahora bien, cuando se lo quiere menospreciar ese término y hacer otras interpretaciones, corre por cuenta de quien piensa eso.

Matías Ortega/Ámbito

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