Las fuerzas aéreas rusas continúan sus intensas ofensivas en Siria. Aunque el gobierno deVladimir Putin niegue que los ataques vayan dirigidos a los rebeldes moderados, cada vez son más las denuncias de muertes civiles. Este martes, 13 personas murieron luego de intensos bombardeos contra un hospital de campaña en el noroeste del país.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, informó este miércoles que los ataques fueron perpetrados en la ciudad de Sarmin, en la provincia de Idleb.
Una persona que forma parte del personal de la clínica indicó que los bombardeos dejaron serios daños en las instalaciones.
«Según las primeras informaciones provenientes del terreno, perdimos a dos miembros del personal, un fisioterapeuta y una enfermera», agregó esta fuente, que habló bajo anonimato, a través de un correo electrónico.
La ONG señaló que en apenas tres semanas, «370 personas murieron en centenas de ataques rusos, entre ellos 243 combatientes, de los cuales 52 del grupo Estado Islámico, y 127 civiles».
Rusia afirma que con sus bombardeos busca debilitar tanto a los yihadistas del grupo Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) como a otros grupos terroristas. Sin embargo, las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, sostienen que el principal objetivo de Moscú es atacar a los rebeldes que combaten a las fuerzas sirias del dictador Bashar Al Assad.
Estados Unidos encabeza una coalición de 60 países que realiza ataques aéreos contra ISIS en territorio sirio desde septiembre de 2014, pocas semanas después de haber iniciado acciones similares en Irak.
Fuente: Infobae