La balanza comercial tuvo en agosto un saldo de USD 1.168 millones y acumuló 12 meses con superávit

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En un mes atípico como fue agosto, no solo por las elecciones primarias con un resultado que sorprendió a las dos principales fuerzas políticas, sino también por el giro de los mercados, en particular en el frente cambiario, con un primer tercio con una paridad estabilizada en $45, y las dos terceras partes restantes con valores cercanos a $60, el intercambio comercial argentino consolidó el superávit que recuperó en septiembre de 2018 y no abandonó desde entonces.

En agosto de 2019 las exportaciones alcanzaron USD 5.568 millones y las importaciones USD 4.400 millones, arrojando un superávit comercial de USD 1.168 millones, en contraste con un desequilibrio de USD 1.131 millones de un año antes.

Las ventas al exterior en agosto aumentaron 7,5% (389 millones de dólares) respecto a igual mes de 2018, debido principalmente a la suba en cantidades de 12,7%, ya que los precios cayeron 4,6%; mientras que las compras descendieron 30,3% respecto a igual mes del año anterior (USD 1.910 millones), informó el Indec.

Claramente, la concurrencia de una excepcional cosecha de cereales y oleaginosas, con un escenario más recesivo que en meses anteriores, determinaron una inercia del intercambio con uno de sus componentes, las exportaciones, en ascenso, aunque debilitado por la caída de los precios de las materias primas en el mercado internacional, y el otro, las importaciones, con profundización de la caída que venía mostrando en los meses previos.

Ese movimiento se observó en el relevamiento del Indec tanto en lo que respecta al intercambio comercial en cantidades, como en valor. Pero con algunas diferencias.

En el caso de las ventas al exterior se registraron en agosto aumentos singulares de 55,7% y 78,3% en las cantidades despachadas de productos primarios de origen agropecuario y de combustibles y energía, respectivamente, se atenuó a 6,3% en el caso de las ventas de manufacturas de origen agropecuario; mientras que el aumento de los costos internos y la debilidad de la demanda de Brasil, determinaron la caída del 8,7% en los envíos de manufacturas de origen industrial.

Por el contrario, la composición de las importaciones dio cuenta de caídas en las cantidades compradas en todos los grandes rubros, en particular de automotores provenientes del mayor socio del Mercosur, 63%; el resto de los bienes de consumo 32,7%; combustibles y lubricantes 37,7%; maquinarias y equipos 28,8% y 16,7% en las de bienes de uso intermedio en el circuito productivo.

En los ocho meses de 2019, las exportaciones alcanzaron a USD 42.176 millones, apenas 3,8% más que un año antes; las importaciones, USD 34.468 millones, se derrumbaron 27,3%. De ahí que el intercambio comercial disminuyó 12,9%, pero el saldo del período pasó de un déficit de USD 6.767 millones a un superávit de USD 7.708 millones.

De ahí surge que un tipo de cambio real alto, cosecha récord, y el inicio de la maduración de las primeras inversiones en Vaca Muerta, apenas permitieron cerrar dos tercios del año con un modesto crecimiento de las exportaciones, apenas 3,8 por ciento.

Por el contrario, la prolongación del escenario recesivo que para la industria y el comercio comenzó con la crisis cambiaria del primer cuatrimestre de 2018, y unos meses después para el comercio y el resto de las actividades, se tradujo en una tasa de caída exponencial de las compras en el exterior del 27,3% en el período.

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