La Argentina es uno de los países del mundo en que más rápidamente cayó el número de equipos de perforación petrolera en actividad: a fin de junio sólo había 5 en acción, según el “rig count” que periódicamente informa Baker Hughes, firma internacional especializada en servicios y tecnología petrolera.
La cuenta se produce a siete semanas de la entrada en vigencia del “barril criollo”, por el cual, a través del decreto 488, el gobierno estableció un precio mínimo de 45 dólares y prohibió la importación de crudo.
Ninguna región del mundo se salvó de la desactivación de equipos petroleros: todas declinaron. A nivel mundial, la caída de fue de 2.221 equipos de perforación en actividad en junio de 2019 a 1073 el mes pasado. En América Latina la caída fue de 189 equipos hace un año a 71 en la actualidad, de los cuales 40 operan en tierra y 31 offshore.
A su vez, en América Latina, el único país que tuvo un desplome superior al de la Argentina es Venezuela, donde queda un solo equipo de perforación activo, precisó Baker Hughes. En la región, los que pudieron lidiar mejor con el impacto del colapso de los precios petroleros fueron México y Brasil, debido a los desarrollos mar adentro, pero igualmente tuvieron mermas importantes en el número de equipos activos.
Los equipos de perforación están asociados a la exploración en el sector “convencional”, pero en las formaciones “no convencionales” se asimilan mucho a la explotación, que declina rápidamente en cada pozo y obliga a constantes nuevas perforaciones.
La evolución de la cantidad de equipos de perforación petroleros en actividad en la Argentina, según la ilustración de Ycharts en base a Baker HughesEl último taladro
La larga declinación petrolera de Venezuela recibió un golpe de gracia con el embargo petrolero de EEUU. En el diario español El País, el columnista venezolano Ibsen Martínez escribió una suerte de réquiem al respecto: “El último taladro”, en el que recuerda que el primero había empezado a funcionar en su país en 1913. La producción petrolera actual retrocedió a los niveles de 1940, menos de 300.000 barriles diarios, una buena parte con destino a Cuba y para amortizar deudas con China.
Martínez recuerda incluso que el inventor de las “mechas Hughes”, de los viejos equipos, fue el padre de Howard Hughes, uno de los amantes de Rita Hayworht. Fundó Hughes Tool, impulsó el desarrollo de Las Vegas y fue uno de los constructores del módulo de la misión Apolo 11 que llevó a Neil Armstrong a caminar sobre la luna.
Sobre la situación en la Argentina, un informe de la periodista especializada en Energía Victoria Terzaghi, del diario Río Negro, recuerda que la declinación de la cantidad de equipos de perforación activos se inició en febrero de 2019, cuando el entonces secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, puso tope a los beneficios de la explotación de gas. En menos de un mes, 8 equipos salieron de actividad. Luego hubo una lenta recuperación, hasta 71 equipos en julio, 60% de ellos en Neuquén.
Tras la derrota del oficialismo en las Primarias Abiertas. Simultáneas y Obligatorias del 11 de agosto de ese año y la devaluación del día siguiente, el gobierno de Macri congeló por decreto el precio de los combustibles y en un mes el número de equipos en actividad cayó a 55, nivel desde el cual se cayó por una suave pendiente, a 50 pozos hacia el final de 2019.
Tras la llegada del gobierno de Alberto Fernández, en 2020 la caída se acentuó debido al brutal desplome del precio internacional del petróleo. En marzo, al empezar la cuarentena, el número de equipos de perforación en actividad ya era de 38, de los cuales 32 estaban en Neuquén. La medida no incluyó inicialmente a la explotación gasífera y petrolera como “actividades esenciales” e hizo qe en abril la producción se parara: ningún equipo se mantuvo en actividad, fenómeno parecido al que se dio en la industria automotriz, que ese mes no produjo ningún auto.
La lentísima reactivación empezó en Vaca Muerta, hasta llegarse a los primeros días de julio en que los equipos en actividad, precisa el artículo del Río Negro, ya suman 7, no 5 como precisa el trabajo de Baker Hughes, que limita su “rig counting” al 30 de junio.