La deuda externa se incrementó USD 43.372 millones el año pasado, a USD 277.921 millones, según el Informe de Balance de Pagos del Indec. La suba llegó de la mano del incremento de la deuda del «Gobierno general» (todo el sector público, nacional y provincias), como lo define el institulo de estadísticas, y del Banco Central para financiar los déficit de cuenta corriente y fiscal que se acumuló el año pasado.
La cifra de aumento anual represena un 18% más que el año anterior y llega casi el 10% del Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina.
La deuda del Gobierno general (el sector público) se incrementó en USD 30.755 millones, hasta USD 173.584 millones, donde se observa la emisión internacional por USD 9.000 millones en el primer trimestre del año pasado, aunque luego hubo cancelaciones (los títulos de deuda totalizaron USD 112.541 millones). Y el crédito stand by del FMI (los préstamos subieron a USD 61.042 desde USD 34.197 millones).
En tanto, el Banco Central incrementó en USD 5.285 millones su deuda externa, al terminar en USD 23.746 millones. Si bien la entidad llevó a cero el stock de Lebac en manos de no residentes, incrementó los préstamos en USD 10.641 millones, a USD 21.399 millones, se entiende, debido a la ampliación del swap de monedas con China.
«Hay una relación básica entre deuda y déficit fiscal. El déficit fiscal no lo financia nadie que no sea un no residente», dijo Eric Ritondale, economista de Econviews.
«Si el déficit fiscal se financiara en el mercado local, no se vería la relación de uno a uno entre el déficit fiscal y de cuenta corriente. Queremos que el resto del mundo nos financie el déficit fiscal mientras que nosotros queremos ahorrar en dólares y financiar a EEUU. No compramos dólares para financiarnos nosotros, sino que queremos que el resto del mundo nos financie el exceso de gasto. Por eso pasó lo del año pasado: ante la falta de disponibilidad del crédito externo, estalló el tipo de cambio. Y sin el FMI, el ajuste hubiera sido más abrupto todavía», agregó.
Según sus cálculos, el aumento de la deuda del Gobierno midió un 6% del PBI, que se asemeja al déficit fiscal de 2018 (5,2% del PBI). En tanto, el correlato de la financiación con no residentes es que el 91% de la deuda externa está nominada en moneda extranjera. La mayor proporción, 61%, en dólares.
«La suba de la deuda externa es razonable, teniendo en cuenta que fue un año donde hubo un déficit de cuenta corriente importante y había que financiarlo», dijo Martín Vauthier, economista de EcoGo.
«Si bien hubo un ajuste muy fuerte del déficit de cuenta corriente al cierre del año, que se vio en el último trimestre, después del salto cambiario a fines de agosto y septiembre y el mayor sesgo contractivo de la tasa de interés muy alta, hubo un déficit concentrado en los tres primeros trimestres que hubo que financiar con ingreso de capitales del exterior y endeudamiento del sector público», explicó Vauthier.
Pese al ajuste de fin de año, el déficit de cuenta corriente terminó alto en 2018, en USD 28.003 millones (5,5% del PBI). El 5% en que había terminado en 2017 fue lo que desató la salida de capitales el año pasado. EcoGo espera que este año el déficit de cuenta corriente termine en USD 13 mil millones.
La paradoja de que el país financie su déficit de cuenta corriente con inversores extranjeros es que los argentinos siguieron acumulando dólares fuera del país, que financian al resto del mundo.
«Es cierto que tenemos una deuda que ha crecido, pero más crecieron los activos externos. Significa que los argentinos estamos acumulando activos externos. Quien se endeuda es el sector público en mayor medida y quien acumula activos es el sector privado», dijo Federico Muñoz, titular de la consultora con su nombre.
La posición de inversión internacional neta escaló a USD 64.864 millones desde USD 17.332 millones de 2017, es decir, que los activos superaron en ese importe a los pasivos. Hilando fino, los pasivos están prácticamente en manos del sector público (USD 173.294 millones), pero los activos de la mano de los privados (USD 293.278 millones) y los bancos (USD 8022 millones).
Los privados elevaron USD 27.084 millones la acumulación de activos externos. «Es la manía argentina, que llevamos adelante con fruición. Básicamente por atesoramiento. Es la contracara de la deuda», dijo Muñoz. Con todo, el año pasado, los privados también elevaron su deuda, pero menos, USD 6569 millones, a USD 70.970 millones.
«La deuda del sector privado son líneas de crédito que se abren a la espera de un tipo de cambio más barato», dijo Matías Rajnerman, economista de Ecolatina. «Los importadores pidieron plazo pensando que el dólar se iba a abaratar en términos reales en el mediano plazo», explicó.
Con todo, Rajnerman dijo que conviene mirar el stock de deuda que publica el Ministerio de Hacienda y Finanzas: «El criterio de balanza de pagos es de transacciones entre residentes y no residentes, y el año pasado se canceló mucha deuda con tenedores que quizá eran argentinos e intrasector público. Y se acrecentó la deuda con no residentes, básicamente el FMI».