La diferencia sustancial entre un homicidio culposo y el doloso radica en la intención del autor del ilícito, pues mientras en el homicidio doloso, el actor de manera voluntaria y deliberada tiene la intención de matar a otra persona, en el culposo es la negligencia, imprudencia o la omisión de los deberes a cargo del sujeto activo, lo que lleva a un desenlace fatal .
El art. 79 del Código Penal de la Nación Argentina es aquel que definirá no solo que es un homicidio, sino que expondrá lo que es este delito en su forma simple, además de precisar los elementos tipificantes del homicidio doloso. En él se determina: “Se aplicará reclusión o prisión de ocho a veinticinco años, al que matare a otro siempre que en este código no se estableciere otra pena”.
Por contrapartida, en el art. 84 está definido el homicidio culposo. A diferencia de la figura penal anterior, la culpa en involuntaria y se produce como consecuencia de un accionar negligente, imprudente o imperito del sujeto activo (quien comete el ilícito), lo que “produciría una lesión en el bien jurídico protegido, que en este caso es la vida”, sostuvo la Dra. Rosa Hortencia Falco, jueza de Transición de la Ciudad Capital.
“A la hora de determinar de qué tipo de ilícito se trata, la investigación se centrará en evaluar el medio empleado para cometer el delito, pues si hay un arma de fuego, un arma blanca, o algún tipo de elemento punzo cortante o contundente, que pueda producir el golpe mortal que acabe con la vida del sujeto pasivo, obviamente esto promoverá la presunción de que se trata de un homicidio doloso”, ejemplificó la magistrada.
“En cambio –continuó su explicación- en el culposo no hay arma por medio de la cual se concreta el delito, pero tenemos que establecer si se dan los elementos de la culpa que mencionamos anteriormente”, explicó la Dra. Falco.
La importancia de esta diferencia radica en que las penas entre un tipo de delito y el otro difieren notablemente. En el art. 79, la condena establecida para el homicidio simple doloso es de 8 a 25 años, sin contar aquellas circunstancias que agravan el ilícito y que podrían elevar la pena del mismo hasta una prisión perpetua.
El homicidio culposo por otra parte, tiene una pena que va desde los 3 a 5 años de prisión como condena máxima; además de considerar que se trata de un delito excarcelable, pues se considera que no hubo intención de parte del agente de cometer aquel hecho”, finalizó.
