La disparada del hambre agrava la puja de Bolsonaro y el Supremo Tribunal Federal

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Un juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil obligó al Gobierno del presidente Jair Bolsonaro a proveer información sobre sus políticas contra el hambre, luego de la conmoción que provocaron fotografías publicadas por el diario Extra, de Río de Janeiro, en las que decenas de personas hacen filas para llevarse huesos y grasa de carne de vaca descartadas por los supermercados.

El juez Antonio Dias Toffoli se hizo eco de un pedido de la influyente Orden de Abogados de Brasil (OAB) para determinar los planes del Gobierno federal frente al hambre y dio diez días de plazo a la Abogacía del Gobierno –equivalente a la Procuración del Tesoro de la Argentina– para responder.

La nueva pulseada entre los poderes, que ha alcanzado picos extremos de tensión en las últimas semanas, fue disparada por la publicación del miércoles del diario Extra de imágenes que mostraban cómo camioneros que llevaban el descarte de huesos y grasa a los centros de reciclaje de residuos paraban en una esquina del barrio Gloria, zona sur de Río, para que las personas, sin ningún tipo de control higiénico ni refrigeración, se hicieran de ellos como si fueran alimentos.

“Aprovecho para usar la grasa como aceite, que está muy caro”, contó una de las personas de la fila.

Un caso similar ocurrió en agosto en Cuiabá, capital de Mato Grosso, principal estado ganadero del país, con colas de personas en los supermercados para recibir huesos y grasa vacuna como “donación” .

Organizaciones no gubernamentales de Río de Janeiro han venido informando que sus comedores no dan abasto, según informó la entidad Açao da Cidadanía. Mientras, para el economista Marcelo Neri, de la Fundación Getulio Vargas y especialista en datos sociales, la inseguridad alimentaria de los brasileños creció incluso con el pago durante seis meses del auxilio de emergencia en 2020, una suerte de IFE del Gobierno de Brasil.

“El 46% de la clase baja dijo que faltó dinero para comprar comida incluso recibiendo la ayuda”, dijo Neri.

Según Neri, hay en Brasil 27 millones de personas por debajo de la línea de pobreza, establecida en 261 reales –48 dólares–, el equivalente a 4.752 pesos, tomando en cuenta el dólar oficial en la Argentina.

De acuerdo con datos oficiales, un contingente de 19,2 millones de personas sufrían el año pasada inseguridad alimentaria en Brasil, lo que representaba el 8,7% de la población.

Retroceso

El diario O Globo de Río de Janeiro indicó que, con más de 5%, el país estaría dentro del Mapa del Hambre de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que aún no fue publicado, luego que Brasil lograra salir de esa estadística durante el Gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016).

En los últimos doce meses, la inflación acumulada llegó al 10% por primera vez desde 2015.

El Gobierno de Jair Bolsonaro está pagando un subsidio de 200 reales por tres meses a más de 60 millones de personas que viven en la informalidad y pretende lanzar un plan social para que sea su marca electoral en 2022, de cara a su reelección, hoy en peligro por la creciente popularidad del exmandatario y líder de la oposición Luiz Inácio Lula da Silva. Esa diferencia se explica, en buena medida por el recuerdo de la presidencia del jefe del Partido de los Trabajadores, que redujo la pobreza y la indigencia drásticamente.

En su planteo al Supremo, la OAB indicó que entre 2018 y 2020 el número de personas que sufrió inseguridad alimentaria grave en Brasil pasó de 10,3 millones a 19,1 millones. “Es un escenario de muerte, agravado por la actuación criminal e ineficiente del Gobierno en la pandemia”, sostuvo.

Tarifas

Según entidades sociales, la cocina a leña en las favelas y barrios más pobres creció en Brasil a raíz del aumento del precio de la garrafa de gas, que mantiene los precios internacionales determinados por la petrolera estatal Petrobras.

Ante ese cuadro, el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) realizó ayer en Brasilia una marcha contra el hambre.

La protesta se realizó por la mañana en Brasilia frente a la residencia del senador Flávio Bolsonaro, uno de los hijos del presidente –acusado de desvió de dinero público– y, según informó la organización en sus redes sociales, tuvo como objetivo “denunciar el hambre y los precios altos”.

Ámbito

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