«Las garzas me enloquecen… Su blancura,
su mudez, el dolor que las aqueja,
me empujan a quererlas con ternura…
Yo tengo la infinita desventura
de amar lo que se va, lo que se aleja…
Pero yo amo las garzas porque existe
un amable recuerdo en mi memoria…
Es el tuyo: tú fuiste blanca y triste,
y volando, en silencio, te perdiste,
en el cielo sin nubes de mi historia.»
Fuente: www.florayfaunasde.com.ar