La Iglesia llamó a luchar contra la corrupción y pidió «más sensibilidad» a quienes gobiernan

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Lucha contra la corrupción, pobreza, críticas a los que promueven el aborto, fuerte defensa a la figura del Papa Francisco y renuncia al sostenimiento estatal. En el mensaje final del plenario de las máximas autoridades de la Iglesia que concluyó este viernes no quedó ningún tema afuera de la agenda política de la Argentina.

Las máximas autoridades de la Iglesia cerraron este viernes en Pilar su retiro anual y plantearon una severa preocupación por «tantos hermanos que no llegan a fin de mes y por los que más sufren» a la vez que pidieron una «sensibilidad especial para quienes nos gobiernan».

Al cierre del plenario de la Conferencia Episcopal Argentina que reunió a más de 90 obispos de todos el país y donde la Iglesia decidió avanzar en un proceso de renuncia gradual a la ayuda económica del Estado, las autoridades de la Asamblea Plenaria emitieron un mensaje grabado en el que cuestionaron a aquellos que impulsaron el tema del aborto, exigieron una «lucha sin cuartel contra la corrupción» y plantearon la necesidad de contar con una «democracia plena».

En un mensaje grabado de 9 minutos el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea destacó que «cuando miramos el país lo hacemos como pastores, la Iglesia no es un partido político ni del gobierno ni de la oposición», dijo. De esta manera, buscó diferenciarse de aquellos que identifican a la Iglesia con algún sector de la oposición.

A la vez, Ojea instó a «cuidar y fortalecer la democracia» en donde alertó que hay «una deuda especial con los más pobres». Así, desde la Iglesia se vio con preocupación aquellos sectores que «no llegan a fin de mes y viven en la pobreza».

En este punto, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Poli se sumó con Ojea al mensaje final de la Conferencia Episcopal y sin vueltas dijo: «Pedimos mayor sensibilidad en quienes nos gobiernan». Pero no quiso dar detalles a quienes se refería en particular.

Poli también hizo hincapié en el tema del aborto al señalar que «este año hemos tenido una situación particular que atenta contra la vida desde aquellos que intentan prohibir nacer». Esto ya lo había remarcado Ojea el lunes pasado en el inicio de la 116 Asamblea Episcopal que se reunió por una semana en Pilar.

Desde la presidencia de la Conferencia Episcopal, en tanto, Ojea remarcó que «la calidad de vida está ligada a la democracia y a la defensa de la independencia de los poderes» en esa democracia.

Por otra parte, la cúpula de la Iglesia hizo una fuerte defensa del Papa Francisco. Así, monseñor Ojea planteó que «hay una agresividad en distintos medios al Santo Padre por la prédica social tan fuerte del Papa que hace y que puede tocar algunos intereses», remarcó.

También alertó el presidente de la Conferencia Episcopal sobre la necesidad de dar «una lucha sin cuartel contra la corrupción» en la Argentina aunque no señaló a ningún sector en particular de la política.

En tanto, monseñor Marcelo Colombo reflexionó sobre el funcionamiento de la Iglesia en un clima de libertad y aplicando la solidaridad cristiana. Así, ratificó la decisión de la Iglesia de marchar hacia un esquema de quita gradual del sostenimiento de la Iglesia por parte del Estado.

En este sentido, este viernes se dio a conocer un comunicado de la Conferencia Episcopal, en el que los obispos que «han confirmado aceptar el reemplazo gradual de los aportes del Estado (asignaciones a los obispados, becas para los seminaristas y parroquias de frontera), por alternativas basadas en la solidaridad de las comunidades y de los fieles, asumiendo el espíritu de las primeras comunidades cristianas, que ponían lo suyo en común». Esto se sustenta en el pasaje bíblico de Hechos de los Apóstoles 2,44.

A la vez, la Iglesia decidió crear una Comisión Episcopal para el sostenimiento de la misión evangelizadora de la Iglesia. Esta trabajará en la creación de un «fondo solidario y la continuidad del diálogo con el gobierno nacional, consensuando diversas alternativas que facilitarán este reemplazo».

En rigor, según comentaron a Infobae algunos de los prelados que se encuentran en el retiro de Pilar, esto forma parte del acuerdo que dialogó la Conferencia Episcopal con la Secretaría de Culto a cargo de Alfredo Abriani en agosto pasado.

Para el año que viene el presupuesta del Gobierno para la Iglesia estaba previsto en 126 millones de pesos. La intención de la administración de Mauricio Macri no es cortar de plano esta ayuda sino que se irá recortando paulatinamente de acuerdo a las necesidades propias que marque la Iglesia.

En esta línea se manifestaron los 94 obispos reunidos en la Conferencia Episcopal, lo que marca más allá de la escisión gradual de la Iglesia con el Estado una postura más dura con el Gobierno que se tensó la la habilitación del presidente Macri a tratar el tema del aborto en el Congreso.

De hecho, en la homilía del lunes que ofreció Ojea destacó que la Argentina transita una crisis social y económica que «golpea a todo el pueblo argentino», y que «va resintiendo la confianza en la dirigencia política aumentando el mal humor social, el enojo y la intolerancia que hace muy crispada la convivencia».

Además, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina denunció los «ataques personales» al Papa Francisco «desde dentro y desde fuera de la Iglesia de un modo que no tiene precedentes», dijo el máximo referente eclesiástico en relación a las críticas que recibió el Sumo Pontífice por su postura en contra del aborto y en virtud de los guiños que, según Cambiemos, da a algunos sectores del peronismo crítico.

Durante la homilía de apertura de la Asamblea Episcopal Argentina que se reunió ayer en Pilar, el obispo de San Isidro y cabeza de la Iglesia fue más allá en esta crítica elíptica al Gobierno y apuntó directamente a un tema que enfrentó a la Casa Rosada con la Iglesia: el debate por el aborto que habilitó en el Congreso el presidente Mauricio Macri.

«Estamos terminando un año sumamente difícil. Muchos acontecimientos que hemos vivido en los últimos meses nos han provocado perplejidad, y al mismo tiempo nos plantean grandes desafíos pastorales para ser iluminados a la luz del Evangelio. Son situaciones complejas y conflictivas, que esconden un mensaje que tenemos que descubrir», dijo Ojea.

Así, enumeró entre esos acontecimientos que generaron un cimbronazo en la Iglesia a «la habilitación del debate sobre el aborto y su repercusión en muchos de nuestros jóvenes, incluso de nuestros colegios y comunidades a quienes hemos visto tomando partido con su pañuelo verde», destacó el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

A la vez, el máximo referente de la Iglesia en la Argentina que tiene línea directa con el Papa Francisco se refirió a las denuncias de abuso de menores en el mismo seno eclisiástico que, refirió, «aumentan el dolor en lo más profundo del corazón de la Iglesia».

Pero en una alusión inédita para la historia reciente de la Iglesia Argentina también Ojea habló de los ataques «a la persona del Santo Padre desde dentro y desde fuera de la Iglesia de un modo que no tiene precedentes, lo que genera la escasa difusión de su pensamiento y de su prédica». Para el presidente de la Conferencia Episcopal estos ataques se extienden «a la Iglesia toda ya que parecería que decir algo bueno sobre ella no es políticamente correcto».

Aquellos prelados que estuvieron en la apertura de la Asamblea Episcopal entendieron que en la homilía de Ojea hubo una clara alusión a varios referentes del Gobierno y de la oposición que están a favor del aborto y que durante el debate de ese proyecto de ley cuestionaron con suma dureza al Papa Francisco. Aunque también hubo algunos obispos que recordaron las críticas que recibe desde Cambiemos el Papa Francisco por recibir en el Vaticano a referentes del kirchnerismo o el gremialismo opositor.

Al parecer, en el cónclave de los obispos no se analizó el tema de la polémica que se desató entre la Iglesia y el Gobierno por la misa que ofició en la Basílica de Luján monseñor Agustín Radrizzani en la que participó el jefe del gremio de Camioneros Hugo Moyano y una veintena de sindicalistas críticos a la administración de Macri.

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