La Iglesia reiteró su preocupación por la corrupción tras del caso de José López

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«Son acontecimientos dolorosos, porque sabemos que la corrupción genera la pérdida de fuentes de trabajo y desvía los dineros del pueblo que deberían ocuparse para otra cosa», señaló el obispo Lozano en declaraciones reproducidas por La Gaceta de Tucumán.

Lozano se pronunció de esta forma luego de participar de un panel junto a Emilio Inzaurraga, presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz del Episcopado, y Daniel Martini, director del Departamento de Laicos de la misma institución, en el marco del Congreso Eucarístico Nacional.

El martes, día en que López fue detenido en un monasterio de General Rodríguez, el Arzobispado de Mercedes-Luján había desvinculado de la diócesis al Monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Fátima. «Queremos informar a la opinión pública que las llamadas religiosas constituyen una asociación privada de fieles, cuyo gobierno es autónomo», indicó en un comunicado.

En ese sentido, monseñor Arancedo pidió que no se apunte contra las monjas del convento en el que fue detenido López intentaba dejar el dinero cuando fue detenido. «Culparlas no es apropiado porque son personas mayores, que se han encontrado involucradas en algo en lo que no tienen responsabilidad», sostuvo. «Hay que separarlas de la situación porque desconocían lo que estaba pasando», insistió.

El prelado reconoció que en la Iglesia recibieron «sorprendidos y con dolor» la noticia sobre el escándalo, y expresó que el caso «tendrá que ser investigado por la Justicia», aunque aclaró que desde el Episcopado se «colaborará en todo lo necesario» para esclarecer el caso.

«No sabría decir si hubo antes otras donaciones al convento de General Rodríguez porque no conozco lo que ahí sucedía», explicó Arancedo en declaraciones realizadas a la prensa de Tucumán, donde participa del XI Congreso Eucarístico Nacional. Allí brindó una misa en la que también se refirió a la corrupción, aunque su homilía estuvo basada en el concepto de reconciliación.

«Como argentinos venimos de una historia con luces y sombras, con desencuentros y heridas, con el flagelo de la corrupción y del narcotráfico, pero nos sentimos animados por la luz de la fe que fortalece nuestra esperanza y renueva nuestro compromiso de una Patria de hermanos. Cuando hablamos de perdón y reconciliación lo hacemos con la certeza de una verdad que nace del amor misericordioso del Padre; no hablamos de una utopía sino de una realidad que hemos conocido en Jesucristo», advirtió. Y concluyó: «La reconciliación no es impunidad, ella necesita de la verdad y del ejercicio de una justicia independiente respetuosa de las garantías constitucionales, pero aspira a una meta más alta y significativa».

Infobae

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