La incertidumbre sobre la candidatura de Cristina divide al kirchnerismo y profundiza la interna del PJ

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«¿Te imaginas los títulos de los diarios y los portales si Cristina pierde contra Bullrich y Manes? Arriesga demasiado. Una derrota la dejaría muy golpeada». Mezcla de ilusión y percepción, el diputado de pasado kirchnerista y presente randazzista analiza la realidad política con la incertidumbre de la etapa preelectoral acuestas. Piensa, como tantos otros dentro del espacio que respaldan la candidatura de Florencio Randazzo, que la ex mandataria no será candidata. Que pone mucho en juego para una elección de medio término y que una posible derrota le quitaría el poder de convocatoria que aún conserva en la Provincia.

Un intendente que gobierna uno de los distritos más importantes del Conurbano espera con ansias la decisión de la ex presidente. «Si ella es candidata, yo y varios intendentes más tenemos definido acompañarla. Pero si Cristina no está, todo se pone en discusión y la negociación cambia». La extensa incertidumbre sobre el futuro de la ex jefa de Estado generó que muchos de los jefes comunales que forman parte de las reuniones organizadas por el kirchnerismo, también mantengan contactos con los dirigentes que respaldan la candidatura del ex ministro del Interior. La especulación atraviesa la interna del PJ de principio a fin.

El peronismo bonaerense está dividido en dos. La mayoría de los dirigentes piden y esperan que Cristina Kirchner sea candidata. Otro grupo, que transita una etapa de crecimiento, respalda la candidatura de Florencio Randazzo, quién ya expresó públicamente sus intenciones de competir. Pero la división tiene una nueva grieta interna. Dentro del kirchnerismo hay un grupo de intendentes que le mostró los dientes a la ex presidente y plantó una reunión convocada por Fernando Espinoza, Máximo Kirchner y la dirigencia de La Cámpora.

El grupo de intendentes que se reveló, entre los que están Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Walter Festa (Moreno), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Ariel Sujarchuk (Escobar), Juan Pablo de Jesús (Partido de la Costa), Santiago Magiotti (Navarro), Ricardo Curutchet (Marcos Paz) y Gustavo Menéndez (Merlo), decidió ponerle un freno a la conducción de la agrupación que lidera el hijo de la ex mandataria y mostrar independencia en las decisiones políticas.

Los jefes comunales pretenden tener mayor participación en el armado de las listas, que les respeten su peso territorial y saber qué va a hacer Cristina con su candidatura. Quieren tener certezas que les permitan decidir su rumbo político, a poco más de un mes del vencimiento del plazo para presentar las listas. «El problema es que hay una sobrerrepresentación de La Cámpora y los partidos kirchneristas, y una subrepresentación de los intendentes», le explicó a Infobae uno de los hombres que gobierna en el Conurbano.

«Somos los que traccionamos los votos en el territorio y no tenemos decisión en el armado de las listas. En una elección que es en la Provincia nosotros no tenemos injerencia», se quejó uno de los intendentes que pegó el portazo y se ausentó del último encuentro kirchnerista en el Suterh. La intención de los líderes se ese sector era que de esa reunión saliera una foto de unidad. El objetivo se vio trunco y las tensiones internas aumentaron considerablemente. Un jefe comunal encontró una solución sencilla para sanar las divisiones del espacio: «La única que puede arreglar este quilombo es Cristina». Si ella lidera, las diferencias se esconden debajo de la alfombra.

El gran problema que se les presenta a los dirigentes que se aglutinan en el kirchnerismo es la posibilidad de que la ex presidente no sea candidata. En ese caso, afrontarían una crisis de representatividad, ya que ningún otro dirigente mide tan bien como Cristina en las localidades más pobladas de la Provincia.

Actualmente, los intendentes que se abroquelaron y desmarcaron de la conducción de La Cámpora, tienen un plan B preparado. Piensan en una dupla electoral formada por los jefes comunales que gobiernan las dos localidades más pobladas del Conurbano: Verónica Magario (La Matanza) y Martín Insaurralde (Lomas de Zamora). En ese esquema, todos ellos tendrían mayor injerencia en el armado de listas y aumentarían el poder de decisión en la designación de candidatos. El escándalo en el que se vio envuelto Daniel Scioli hace una semana, en el que un problema de su vida privada tomó estado público, bajo sus acciones como posible candidato. «No está pasando el mejor momento», indicó un jefe comunal con impronta kirchnerista. Hoy no es una opción.

Por otra parte, Florencio Randazzo les dio un ultimátum a todos los intendentes peronistas que gobiernan en la Provincia. Junto a su jefe de campaña, Alberto Fernández, y Julián Domínguez, que se perfila como candidato a diputado por ese espacio, los llamaron a uno por uno y les adelantaron que ya tienen las listas de concejales armadas para presentar en los 135 distritos de Buenos Aires. Si deciden acompañar al ex ministro, esas listas se consensuarán con antelación. En cambio, a los que elijan apoyar al candidato kirchnerista, les presentarán una lista de concejales paralela para que compita con la que ellos respalden.

La incertidumbre sobre la candidatura de Cristina Kirchner generó una división en el kirchnerismo justo en el momento donde el armado comenzaba a consolidarse. El último jueves la ex mandataria recibió a dos intendentes de su confianza y les pidió trabajar para unir el espacio. La próxima semana recibirá a varios más en el Instituto Patria. Quizás en los días venideros los dirigentes encuentren algunas de las respuestas que buscan.

Un legislador peronista, que mira con recelo el accionar de la ex presidente, definió con seis palabras la actualidad del PJ en esta etapa preelectoral: «Todos bailamos al ritmo de Cristina».

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