La inflación se afirma como el desvelo de la región

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Foto: Web

La inflación gana terreno en toda Latinoamérica y se consolida como una de las preocupaciones centrales de los gobiernos. Al igual que la inseguridad, se trata de un problema común y constante en los países del continente, que experimentan un extraordinario período de crecimiento en la salida de la crisis de 2009.

Conscientes de que sus efectos a largo plazo son tan severos como difíciles de revertir, varios son los gobiernos de la región que se han encomendado la tarea de frenar esa tendencia, aunque con recetas variadas.

Una de las voces que primero puso el tema en el centro del debate fue la presidente de Brasil, Dilma Rousseff. Desde que comenzó su gestión en enero, tanto la mandataria como sus funcionarios más próximos han insistido en que la inflación es uno de los problemas que requieren una solución urgente.

«Estamos inmensamente preocupados respecto a la inflación y no existe una situación bajo la cual el Gobierno baje su guardia cuando se trate de controlar la inflación», declaró este lunes Rousseff.

La mandataria anunció días atrás que enfriaría la dinámica economía brasileña a modo de respuesta y no descartó recortes del gasto público. Dichas medidas estuvieron acompañadas con recomendaciones a empresas para evitar que aumenten el valor de los precios.

También el uruguayo José Mujica se refirió al tema en las últimas semanas. «Es una lacra», dijo y prometió combatirla.

En ese sentido, el vicepresidente del país y ex ministro de Economía, Danilo Astori, anunció este lunes que Uruguay aplicará una «rigurosa cautela fiscal» para controlar el problema.

La rendición de cuentas que el Gobierno presentará próximamente al Congreso «se sustentará en la austeridad» por la incidencia que tiene el gasto público en el papel de la demanda sobre la oferta, explicó. Y añadió que «la situación que vive el país es controlable siempre y cuando se tomen las medidas necesarias».

Otro mandatario que mostró su preocupación sobre esta área fue el panameño Ricardo Martinelli, quien convocó con «urgencia» a una reunión con partidos de la oposición y con empresarios.

«Tratar de ignorar que existe un alza en el costo de la vida debido al impacto global del aumento del precio del petróleo sería irresponsable», afirma la nota que envió la Presidencia para explicar los motivos del encuentro.

En el primer trimestre, la inflación llegó al 2% en Panamá, mientras que en todo 2010 fue de 3,5%, según cifras oficiales.

En el caso de Brasil, se ubicó por arriba del 6,4% anual, mientras que Uruguay superó el 8%.

El record de inflación en la región lo ostenta Venezuela, con más de 27 por ciento. En respuesta, el presidente Hugo Chávez anunció este lunes un doble aumento del salario mínimo a aplicarse en mayo (15%) y en septiembre (10%). La suma de ambas subas no alcanzará a cubrir, sin embargo, el aumento de los precios.

Fuente: DPA-AFP

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