Los fuertes y crecientes cambios a consecuencia de la crisis climática en el fenómeno de El Niño, que provoca condiciones ambientales más cálidas, podrían causar un deshielo irreversible de las plataformas y las placas de hielo en la Antártida, señaló un estudio liderado por científicos australianos publicado en la revista científica Nature Climate Change.
Tras analizar 31 modelos climáticos, la investigación de la Agencia Científica del Gobierno de Australia (CSIRO, por sus siglas en inglés) concluyó que los crecientes cambios en “El Niño” se traducirían en una disminución de la temperatura de las aguas superficiales y un incremento en la temperatura de las aguas submarinas en el continente blanco.
¿Qué es el fenómeno de El Niño?
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) explica que El Niño es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.
El Niño y La Niña, que causan respectivamente condiciones cálidas y frías, son parte de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés), un fenómeno relacionado con la temperatura superficial de los océanos, la atmósfera y la presión y que tiene un gran impacto en el clima. “Se prevé que el cambio climático incremente la magnitud del ENSO, haciendo que tanto El Niño como La Niña sean más fuertes”, subrayó el investigador principal.
Sin embargo, la investigación señaló que el incremento de la variabilidad del ENSO frena la intensidad de los vientos del Oeste a lo largo de la plataforma de la Antártida.
Como consecuencia de esta menor intensidad de los vientos puede reducirse el movimiento de las aguas, lo que provoca que las aguas cálidas de las profundidades no puedan aflorar, de acuerdo al comunicado emitido por la agencia australiana. “El calentamiento alrededor de los bordes del hielo marino flotante se ralentiza durante este proceso, ralentizando el deshielo del hielo marino cerca de la superficie”, precisó Wenjui Cai.
Por su parte, Ariaan Purich, académica de la Universidad de Melbourne que participó en el estudio, afirmó que los efectos del aumento de la variabilidad de El Niño van más allá de los riesgos meteorológicos extremos.
“Esto podría tener amplias implicaciones para el sistema climático mundial, por lo que seguir entendiendo cómo responderá ENSO al cambio climático es un área crítica de la investigación climática”, precisó Purich.
El equipo de científicos australianos examinó 31 modelos climáticos que participaron en la Fase 6 del Proyecto de Intercomparación de Modelos Acoplados (CMIP6) bajo forzamientos históricos y un escenario de altas emisiones.
El hielo marino está en el mínimo histórico
El último relevamiento del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve de Estados Unidos (NSIDC, sus siglas en inglés) reveló que la extensión de hielo marino de la Antártida llegó a un nuevo mínimo histórico, después de que el pasado 13 de febrero se redujera a 1,91 millones de kilómetros cuadrados.
En aquella fecha, los niveles cayeron por debajo del récord anterior -el 25 de febrero de 2022- situado en 1,92 millones de kilómetros cuadrados. Según señalaron desde el NSIDC, hace al menos dos meses que la extensión de hielo está muy por debajo de los índices de derretimiento del año pasado.
De esta manera, el 2023 es el segundo año consecutivo en el que este indicador cae por debajo de los 2 millones de kilómetros cuadrados.
De acuerdo a lo que profundizaron desde el NSIDC en su informe, “es probable que queden un par de semanas más de esta temporada de derretimiento, ya que se espera que la extensión de hielo disminuya aun más antes de alcanzar su mínimo anual”. En segundo término, precisaron: “Gran parte de la costa antártica está libre de hielo, lo que expone a las plataformas que bordean la capa de hielo a la acción de las olas y a condiciones más cálidas”.
Fuente Infobae