El domingo 29 de noviembre del año pasado, los efectivos de la Policía de la Ciudad allanaron la casa y el consultorio del neurocirujano Leopoldo Luque, neurocirujano sospechado por la muerte de Maradona, con una orden firmada por el juez Orlando Diaz. Tal como adelantó Infobae, en un cajón encontraron hojas donde se veían firmas de Maradona como si alguien las hubiese estado practicando y un documento donde supuestamente Maradona autorizaba a Luque a pedir su histórica clínica y abajo aparecía la rúbrica del Diez, no su popular autógrafo, sino lo que parecía su firma de uso legal.
Este viernes, una pericia caligráfica confirma las sospechas de los fiscales que investigan el posible homicidio culposo de Maradona por impericia o negligencia médica: que esa firma era falsa. Así, queda comprobado oficialmente que alguien falsificó la firma de Maradona para acceder a sus datos médicos que son privados. Los ojos de los fiscales, Laura Capra, Cosme Iribarren, Patricio Ferrari, encabezados por John Broyad, fiscal general, apuntan a Luque.
En el documento que fue peritado en las últimas horas, se observa un texto dirigido a la jefatura de archivo de la Clínica Olivos fechado el 1 de septiembre de 2020 con el siguiente texto: “De mi mayor consideración yo, Diego Armando Maradona, me dirijo a usted para solicitar entregue a mi médico personal Dr. Leopoldo Luque, copia de mi historia clínica. Desde ya, muchas gracias”. Debajo del texto aparece una firma de Maradona. Las historias clínicas son exclusivas de los pacientes y nadie más que ellos las pueden pedir y deben hacerlo a través de un documento firmado. Ahora se sabe que eso se intentó hacer de manera ilegal sin el consentimiento del Diez.
En las otras dos hojas se puede ver una firma original del Diez agrandada groseramente con garabatos encima e intentos de firmas con lapicera negra. El tercer elemento es el mismo pedido a la Clínica Olivos donde también se ven varias rubricas tipo ensayo. “Las tres hojas fueron encontradas juntas, fue algo muy obvio, muy burdo. La pericia sólo confirma la sospecha que ya teníamos de que se trataba de una falsificación”, explica un investigador. Los fiscales apuntan a Leopoldo Luque por dos razones lógicas. Primero porque se encontraron en su casa y segundo porque es a él a quien Maradona supuestamente autorizaba a pedir la historia clínica.
Ahora los fiscales se abocarán a saber si efectivamente el pedido se hizo, es decir si la carta se mandó a la Clínica Olivos. En ese caso se analizará si corresponde aplicarle a Luque una investigación por falsificación aunque al no tratarse de un documento público se deberá determinar si al hacer esto sacó algún tipo de rédito.
Más allá de este tecnicismo legal y de una posible imputación contra el neurocirujano, al comprobarse que se falsificó la firma de Maradona, la pregunta que se hace la Justicia es evidente: ¿A lo largo de estos años existieron otros documentos que llevaron la firma de Maradona y en realidad era trucha?
Mientras tanto casi todo el equipo de fiscales de San Isidro están abocados a las pericias tecnológicas de los teléfonos de los principales sospechados: el propio Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov.
En el expediente ya constan mensajes de WhatAapp entre distintos profesionales y allegados al Diez, audios del propio Maradona y mensajes de un grupo que tenían aquellos encargados de la salud de Maradona.
Todo apunta a lo que será el punto de quiebre de la causa: lo que defina la junta médica del caso para determinar si existió o no una mala praxis que llevó a Maradona a la muerte.