“La memoria no se puede robar ni destruir”, aseguró Alberto Fernández en un homenaje al hijo de Taty Almeida

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Sin acceso a la prensa, el presidente Alberto Fernández participó esta mañana de la reposición de placa en homenaje al hijo de Taty Almeida en el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que había sido robada la semana pasada en el hall de entrada de esa dependencia y cuyo autor fue identificado como un empleado del lugar, hijo de un militar.

“Hoy vinimos junto a la querida Taty Almeida al lugar donde trabajaba su hijo, secuestrado en 1975, para poner la placa en su homenaje que había sido robada hace una semana. La memoria no se puede robar ni destruir, siempre la mantendremos viva”, escribió el Presidente pasado el mediodía en su cuenta de Twitter, una vez que ya había llegado a su despacho en Casa Rosada.

Alejandro Almeida, hijo de una de las líderes de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, fue secuestrado por la Triple A durante el gobierno de Isabel Perón en 1975 y luego desaparecido. Había trabajado durante unos meses en el área de cartografía del IGN hasta su desaparición. En el 2013, el gobierno de Cristina Kirchner colocó en el hall de entrada de ese edificio, en el barrio porteño de Belgrano, una placa en homenaje al jóven -tenía 20 años cuando lo secuestraron- y a los 30 mil desaparecidos durante la última dictadura militar.

La semana pasada, la placa fue robada. El Gobierno la repuso a los pocos días. Y el Presidente decidió participar del acto de reposición, este viernes.

Fernández llegó al lugar acompañado por el ministro de Defensa, Agustín Rossi, en un homenaje del que participó, además de Almeida, Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la Nación.

El lunes, Almeida, Estela de Carlotto y una docena de mujeres y dirigentes vinculados a las organizaciones de derechos Humanos habían participado de un encuentro en Casa Rosada con el jefe de Estado. “Nos parece mentira volver a esta Casa Rosada que estuvo tomada durante cuatro años”, aseguró Almeida tras la reunión en el área presidencial. “Estela (de Carlotto), Taty y los organismos de Derechos Humanos saben lo que siento por la lucha que han llevado adelante: una inmensa admiración; por eso les digo que no necesitan pedir audiencia. Para luchadores y luchadoras de su talla, las puertas de esta casa están siempre abiertas”, había dicho Fernández en sus redes sociales.

El cónclave, sin embargo, repercutió horas después porque en el temario de la reunión se incluyeron a los ex funcionarios y dirigentes K que mantienen prisión preventiva por diversas causas de corrupción o irregularidades, como Amado Boudou o Milagros Sala.

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo dijo que el Presidente aclaró que la Argentina “no tiene presos políticos», sino que hay dirigentes que «están siendo víctimas de una persecución política, que es otra cosa”.

Los dichos del jefe de Estado le valieron una dura respuesta de Hebe de Bonafini: le pidió al Presidente que se decida “de qué lado está”.

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