Cuando el martes 6 por la tarde Débora Pérez Volpin manifestó sus primeras complicaciones respiratorias, en el quirófano donde le estaban practicando la endoscopía había solo tres personas: la anestesista, el gastroenterólogo que hacía el análisis y un enfermero. Sobre estas personas, esencialmente los médicos, se cierra el círculo dentro del cual la Justicia investiga las responsabilidades por la muerte de la periodista y legisladora.
Según revelaron fuentes del caso a Infobae, la autopsia no habría determinado problemas en la dosis de la anestesia pero sí «múltiples cortes y perforaciones en el estómago y el esófago» que le provocaron una mediastinitis, que afectó todos los órganos entre el tórax y los pulmones.
Fuentes médicas precisaron a este medio que, a partir del análisis del cadáver el miércoles en la Morgue Judicial, sospechan que habría existido una mala praxis del médico que operó el endoscopio, ya que se cree que éste le perforó el esófago y eso hizo que el mediastino se llenara de aire y el corazón se parara.
En las próximas horas, el juzgado que conduce Gabriel Ghirlanda recibirá el informe definitivo de la autopsia, firmado por los forenses y peritos de cada parte: Fernando Trezza, Roberto Víctor Cohen y Héctor Nicolás Papagni (de la Morgue Judicial), Luis Mario Ginesín (decano del Cuerpo Médico Forense), dos de parte de la familia de Pérez Volpin, dos por la anestesista Nélida Puente, y uno por el Sanatorio de La Trinidad. El 16 de febrero, en tanto, se conocerá un informe toxicológico que definirá si la anestesia pudo haber afectado su salud.
Eduardo Gerome, el abogado de la anestesista Nélida Puente, que participó del estudio el martes, explicó a Infobae: «Nada de la autopsia involucró un accionar negligente o negativo por parte del anestesista». Para el defensor, la mujer, con muchos años de experiencia, actuó correctamente, aunque por secreto de sumario no reveló qué detalles dio la autopsia. La médica, en tanto, expresó: «Yo no hice nada que pueda haber causado la muerte».
La fiscalía que conduce Nancy Olivieri, a cargo de la investigación, apuntaría a la información que contienen los discos en los que se graba la filmación de la endoscopía, para corroborar también lo que dice la autopsia. Fuentes cercanas al Sanatorio La Trinidad comentaron que la reputación del médico que operó el endoscopio «es excelente». Los investigadores creen que pudo haber ocurrido una falla en el aparato, pero consideran prematuro aventurarlo.
Con los CD de la endoscopía, más los resultados de la autopsia, resta esperar los análisis toxicológicos. Con esa información, la fiscalía podría imputar a alguno de los médicos, tomarles declaración indagatoria y en todo caso procesarlos. Por ahora, la carátula del expediente se mantiene como «homicidio culposo», un delito que prevé una pena de hasta 5 años de prisión e inhabilitación de hasta 10. Ese CD podría resultar clave en el expediente, pero por ahora seguiría en manos del centro médico.
Según contó su abogado, Puente «se sintió muy mal» con la muerte de Pérez Volpin. Todos los médicos quedaron shockeados porque es un estudio casi de rutina. Y además, «porque Puente y Pérez Volpin entablaron una relación previa fantástica. Le había caído muy bien». También comentaron que el gastroenterólogo «estaba abatido».
Puente se presentó espontáneamente en la comisaría 23ª el mismo martes por la noche, después de que la familia de la periodista hizo la denuncia de su muerte. Según su abogado, la médica quiso ponerse a disposición de la Justicia y poder tener acceso a la autopsia a través de sus peritos. «Nos parecía esencial presentarnos urgente a la comisaría», comentó Gerome, quien detalló que el martes cerca de las 23, Puente le mostró el parte anestésico y «todo estaba conforme a los libros; en este tipo de intervenciones que la anestesia es muy suave nunca pasa nada». Sin embargo, tanto ella como el médico que operó el endoscopio y la clínica donde se realizó están en la mira de la Justicia.