La OEA aprueba la aplicación del TIAR que permite la intervención armada en Venezuela

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Aunque Venezuela no está en el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) del que se retiró en mayo de 2013, ni forma parte de la OEA (Organización de Estados Americanos), desde el bloque regional se aprobó un instrumento de intervención que históricamente se activó a medida de los intereses de Estados Unidos.

Por iniciativa de Colombia y con el apoyo de Brasil, Argentina y EEUU, el organismo aprobó anoche la activación del tratado que contempla “el empleo de la fuerza armada” para una eventual intervención en el país caribeño.

Ante esta situación, el Gobierno venezolano denunció ante la comunidad internacional la activación de «un nefasto instrumento de la historia de nuestro continente». Y recordó que el TIAR fue impuesto por EEUU en el marco de la Guerra Fría «con el propósito de legitimar las intervenciones militares en América Latina». Y cita como ejemplo las intervenciones en Guatemala en 1954, en Cuba en 1961, en República Dominicana en 1965, en Granada en 1983 y en Panamá en 1989.

Jorge Arreaza, canciller venezolano

Destacan además que, cuando realmente existió una verdadera agresión de una potencia extracontinental contra un país latinoamericano, como es el caso de Argentina en 1982 por parte del Reino Unido durante la Guerra de Malvinas, EEUU obvió su activación, alineándose con Gran Bretaña, su socio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El Gobierno de Nicolás Maduro consideró «doloroso que países que fueron invadidos por tropas estadounidenses y cuyos pueblos fueron masacrados en aplicación del TIAR, hoy avalen un crimen semejante contra un país hermano, en una sesión del Consejo Permanente de la OEA a todas luces írrita y nula. Será la historia y los pueblos de la Patria Grande los que se encarguen de juzgar esta indigna actitud».

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

Para finalizar, Venezuela hizo «un sentido llamado a los países y pueblos de la región, a rechazar firmemente las pretensiones del grupo de países que desde el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) amenazan la paz e integridad de Venezuela y de todo el continente. Y subrayó que la nación bolivariana «seguirá apegada a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, el respeto del derecho internacional, la práctica del multilateralismo y la diplomacia de paz, y en la búsqueda del diálogo en medio de la diversidad, la convivencia y el bienestar de nuestros pueblos».

Los apoyos al TIAR

Los 12 países que apoyaron el TIAR —del total de 19 firmantes— fueron: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana. A ellos se suma el voto favorable del representante de Guaidó en la OEA. Cinco países se abstuvieron: Costa Rica, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago y Uruguay; Bahamas y Cuba estuvieron ausentes.

El siguiente paso de esta medida ha sido la convocatoria a los cancilleres de los Estados que forman parte del TIAR a una reunión en la segunda quincena de este mes en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, para tratar el «impacto desestabilizador» de la crisis en Venezuela.

El TIAR, también conocido como Tratado de Río por su firma en esa ciudad en 1947, dispone que la reunión de cancilleres deberá «acordar las medidas para la defensa común y para el mantenimiento de la paz y la seguridad del continente». En esas semanas decisivas tendrán que decidir si se rompen relaciones diplomáticas y económicas, por ejemplo, para presionar a Nicolás Maduro, o si se suspenden las comunicaciones económicas, terrestres y aéreas, así como la toma de acciones coercitivas de tipo militar.

«La crisis en Venezuela tiene un impacto desestabilizador, representando una clara amenaza a la paz y a la seguridad en el Hemisferio», indica la resolución sustentada en el artículo seis del TIAR. Según este artículo, «si la inviolabilidad o la integridad del territorio o la soberanía o la independencia política de cualquier Estado americano fueren afectadas por una agresión que no sea ataque armado, o por un conflicto extracontinental o intracontinental, o por cualquier otro hecho o situación que pueda poner en peligro la paz de América, el órgano de consulta se reunirá inmediatamente».

Venezuela se retiró hace seis años del TIAR, por considerarlo «letra muerta desde que en la década de los ochenta Estados Unidos lo contradijera en la práctica». Pero en julio pasado, la Asamblea Nacional venezolana, liderada por el opositor Juan Guaidó, aprobó el regreso del país a ese pacto multilateral, una especie de OTAN americana.

Un tratado que divide a la oposición

El tratado ha sido uno de los temas en torno al cual la oposición venezolana ha dejado ver sus diferencias. Desde la autoproclamación de Guaidó como presidente interino, en enero pasado, los sectores más radicales exigían la reincorporación de Venezuela a este tratado para dar andamiaje internacional a una medida de fuerza contra Maduro. El jefe del Parlamento fue esquivo inicialmente y argumentó que se debía esperar a tener todos los respaldos necesarios para poner esta carta en la mesa, que en 62 años de historia se ha invocado unas 20 veces, entre ellas por Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001, y nunca ha implicado el uso de la fuerza militar.

Juan Guaidó, dirigente opositor

El 7 de mayo, una semana después de la operación fallida del 30 de abril, en la que se alzaron militares y que concluyó con la liberación de Leopoldo López, de su arresto domiciliario, Guaidó inició el proceso de reincorporación con la primera discusión del acuerdo en la Asamblea Nacional. El trámite legal era necesario, porque en mayo de 2013 el Parlamento, entonces a cargo de Diosdado Cabello, el número dos del chavismo, anunció la retirada de Venezuela como ya habían hecho desde el año 2000  Nicaragua, Bolivia, Cuba, Ecuador y México.

El 23 de julio la oposición hizo oficial la «vuelta del país al tratado».

El avance del TIAR en la OEA llega en medio de la agudización de la crisis en Venezuela y el endurecimiento del cerco internacional con las últimas sanciones económicas de Washington. A este complejo escenario se añade ahora el aumento de la temperatura en las tensiones entre una Colombia desbordada por la migración forzada, y Venezuela, tras el anuncio del rearme de un grupo disidente de la extinta guerrilla de las FARC. Esta nueva situación, de acuerdo con lo esbozado por el embajador de Guaidó en la OEA, es parte del expediente que sustenta ahora la actuación de los cancilleres miembros para tratar de forzar una salida de Maduro.

Fuentes: Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela y El País.

El Tribuno

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