La Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó este viernes la escalada de violencia que atraviesa Ecuador y ofreció su apoyo “técnico” y “político” al gobierno del presidente Daniel Noboa.
En una resolución aprobada en una sesión extraordinaria por aclamación por los 33 países miembros de la organización, la OEA dio su respaldo al “régimen democrático” de Ecuador y se comprometió a “seguir monitoreando” la situación en el país para poder ofrecer “acompañamiento político” y apoyo técnico al Ejecutivo actual.
El documento fue aprobado en una sesión del Consejo Permanente en donde la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, pidió el “apoyo decidido” de todos los países latinoamericanos para hacer frente a lo que calificó de una “grave crisis y conmoción social” en su país.
“Recordando que la democracia representativa es condición indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región, de conformidad con la Carta de la Organización de los Estados Americanos y la Carta Democrática Interamericana”, la OEA declaró así “su respaldo al régimen democrático en el Ecuador y sus instituciones, a su Gobierno legítimamente constituido y a su Presidente Constitucional Daniel Noboa Azín”.
Afirma que “tal como lo establece la Carta Democrática Interamericana, la solidaridad y la cooperación de los Estados americanos requieren la organización política de los mismos sobre la base del ejercicio efectivo de la democracia representativa” y reconoce los esfuerzos que desarrolla el Gobierno ecuatoriano para restaurar el orden público, preservar el Estado de Derecho, el respeto a los derechos humanos, la seguridad ciudadana y la búsqueda de la paz social”.
De esta manera, el Consejo Permanente expresó “su profundo rechazo a todos los actos violentos perpetrados en el Ecuador por grupos pertenecientes a la delincuencia organizada transnacional, que han causado crisis y conmoción social, ataques y daños a personas, miembros de la sociedad civil y a la propiedad pública y privada”.
El presidente Daniel Noboa, nuevo en el cargo y con un mandato corto de 15 meses, se enfrenta al desafío de gobernar en un ambiente políticamente polarizado. La falta de mayoría en el Congreso complica aún más sus esfuerzos para abordar la crisis de seguridad.
La oposición liderada por el correísmo, un movimiento vinculado con el ex presidente Rafael Correa, agrega un elemento de incertidumbre. La disposición de esta facción a colaborar con el Gobierno para superar la crisis es cuestionable, lo que podría obstaculizar aún más los esfuerzos de estabilización.
Además, la debilidad institucional del Estado ecuatoriano se revela en su incapacidad para mantener el monopolio del uso legítimo de la fuerza. La situación en las cárceles, convertidas en cuarteles de los grupos criminales, revela la falta de control y gestión efectiva del sistema carcelario.
(Con información de EFE)
Fuente Infobae