Al entrar en el cuarto año de pandemia, reflexionó que «no cabe duda de que nos encontramos en una situación mucho mejor que hace un año, cuando la oleada de la cepa Ómicron estaba en su punto álgido y se notificaban a la OMS más de 70 mil muertes por semana».
Cuando estos expertos se reunieron por última vez en octubre, el número de defunciones semanales notificadas era casi el más bajo desde que empezó la pandemia: menos de 10 mil por semana.
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«Sin embargo, desde principios de diciembre, el número de muertes semanales notificadas en todo el mundo ha ido en aumento. Además, el levantamiento de las restricciones en China ha provocado un incremento de las muertes en la nación más poblada del mundo», alertó el funcionario.
Tedros recordó que en las últimas ocho semanas se registraron «más de 170 mil muertes», aunque en su opinión «la cifra real es sin duda mucho mayor».
El máximo dirigente del organismo sanitario internacional agregó que la OMS está actualizando ahora mismo sus cifras para incorporar los casos y muertes notificados por China en las últimas semanas.
Aprovechó su intervención para hacer un balance sobre estos tres años de lucha contra el flagelo.
«Las vacunas, los tratamientos y las pruebas diagnósticas han sido fundamentales para prevenir enfermedades graves, salvar vidas y aliviar la presión sobre los sistemas y el personal sanitarios», expuso.
Pero lamentó que la respuesta mundial contra el virus «sigue siendo deficiente porque en demasiados países estas poderosas herramientas que salvan vidas siguen sin llegar a las poblaciones que más las necesitan, especialmente las personas mayores y el personal sanitario».
«Muchos sistemas sanitarios de todo el mundo están luchando para hacer frente al Covid-19, además de atender a pacientes con otras enfermedades como la gripe y el VSR, y con escasez de trabajo y trabajadores sanitarios fatigados», destacó.
Al mismo tiempo, consideró que «la vigilancia y la secuenciación genética han disminuido drásticamente en todo el mundo, lo que dificulta el seguimiento de las variantes conocidas y la detección de otras nuevas».
«Y la confianza pública en las herramientas seguras y eficaces para controlar la Covid-19 se está viendo socavada por un torrente continuo de información errónea y desinformación», concluyó Tedros, citado por la agencia de noticias Europa Press.
Fuente: MinutoUno