La crisis económica impactó en el índice de pobreza, que alcanzó hacia fines de 2018 el 32% de la población, mientras que la indigencia llegó a 6,7%, de acuerdo a las cifras publicadas por el Indec. De esta manera, con los casi 3 millones de nuevos pobres que se sumaron durante el año pasado hay unos 14,4 millones de personas en el país que no llegan a cubrir la canasta básica.
El índice de pobreza avanzó así casi siete puntos en comparación con el final de 2017, cuando había sido de 25,7%. La indigencia, por su parte, tuvo un incremento porcentual de casi dos puntos. Respecto a la medición anterior, del primer semestre del año, la pobreza avanzó 4,7 puntos desde el 27,3%.
La cifra del segundo semestre de 2018 es la más alta desde que Mauricio Macri asumió la presidencia. El Indec bajo la nueva administración retomó hacia fines de 2016 las mediciones de pobreza y registró que ese año el porcentaje había sido de 30,3%. Un año más tarde retrocedió a 25,7%.
De acuerdo al informe del organismo estadístico, hacia fines de 2018 la cantidad de personas que no llegan a cubrir la canasta básica fue de 8,9 millones de personas. Un año antes ese número era de 7 millones. La diferencia, así, es de 1,9 millones pero como la medición oficial cubre solo al 62% de la población, al extender los porcentajes de pobreza e indigencia a toda la población argentina, el número final de nuevos pobres e indigentes asciende a 2.978.000.
La crisis económica de 2018, que incluyó una fuerte devaluación del peso y una escalada inflacionaria provocó que los ingresos de las familias pierdan poder de compra. La canasta básica total y alimentaria, que define las líneas de pobreza e indigencia respectivamente se elevaron más rápido que la actualización de las remuneraciones y eso empujó a casi 3 millones de personas por debajo esos índices.
La indigencia, es decir las personas que ni siquiera llegan a cubrir con sus ingresos las necesidades alimentarias, también tuvo un repunte considerable durante la segunda mitad del año: llegó a 6,7% por lo que en todo el país ya hay unos 3 millones de indigentes.
Los datos del Indec muestran que los hogares considerados pobres tienen ingresos $9400 por debajo de lo que precisarían para cubrir la canasta básica. Es decir, sus salarios suman unos $14.800 en promedio cuando requirieron durante el segundo semestre del año pasado $24.300 para tener esas necesidades cubiertas.
En un análisis por edades, la información oficial da cuenta de que más del 46% de los chicos de hasta 14 años son considerados pobres. Y uno de cada diez es indigente, es decir que no llega a cubrir el costo mínimo de alimentos.
Entre las distintas regiones del país, en el Gran Buenos Aires más de un tercio de la población (35,9%) ya se ubica por debajo de la línea de pobreza. En otros conglomerados urbanos los números son peores.
En Corrientes, por ejemplo, casi la mitad de sus habitantes es pobre. En Resistencia (Chaco) y en Concordia (Entre Ríos) el índice superó el 41%.