Boca Juniors sigue de capa caída. A la derrota de la fecha pasada ante Banfield, que venía último en la tabla y sin triunfos en la Liga Profesional le sumó la de este domingo en La Bombonera ante Instituto, uno de los equipos recientemente ascendido y de gran campaña.
Sin embargo, esta no fue una derrota más porque el público se lo hizo saber. La Bombonera habló y mostró su enojo, sobre todo con tres jugadores: Sebastián Villa, Pol Ferández y Darío Benedetto, aunque este último en menor medida que los otros dos.
Hugo Ibarra se mostró autocrítico en la conferencia de prensa y todo su cuerpo técnico está muy preocupado. Por este motivo, el Negro decidió convocar al plantel a una práctica vespertina en Ezeiza, pese a que los jugadores tenían día libre, ya que el próximo objetivo será Olimpo el sábado en el debut de la Copa Argentina.
De cara a este encuentro, correspondiente a los 32avos de final a disputarse en Chaco, el cuerpo técnico integrado por el Negro Ibarra, Tito Pompei y el Tano Gracián necesitaba “semblantear” al plantel. Si bien desde ambos bandos sostienen que hay respeto, habría un quiebre en la relación a juzgar por los últimos encuentros, donde el rendimiento viene en declive.
Uno a uno fueron llegando los jugadores al predio. La charla comenzó a las 18 y fue Hugo Ibarra quien tomó la palabra. En un breve discurso, todo se circunscribió en la autocrítica y en expresarle al plantel su visión del momento. Lo mismo se esperó del plantel, buscando que no haya contrapuntos para lo que venga de aquí en más.
Por supuesto, el horizonte no parece nada simple porque más allá de que Olimpo de Bahía Blanco se muestra como un equipo “accesible”, debido a que milita en la Primera Nacional, todo se basará en el funcionamiento del equipo que sigue sin encontrar un rumbo claro. “Incluso ganando no se asegura la continuidad”, deslizaron desde adentro del Centro de Entrenamiento de Boca Juniors en Ezeiza.
¿Qué rol cumple el Consejo de Fútbol integrado por Jorge Bermúdez, Raúl Cascini, Marcelo Delgado y Mauricio Serna? Por el momento, el grupo que comanda Juan Román Riquelme no intercedió ni lo hará en las próximas horas. Con la misma preocupación, analizará desde la periferia cómo se desenvuelve la relación cuerpo técnico-plantel y a partir de allí se verán los pasos a seguir.
Si bien, por lógicas razones, a Hugo Ibarra y sus ayudantes de campo los notaron golpeados, este lunes los vieron con fuerzas. La práctica y la reunión a solas con los jugadores también dejó una grata impresión. Todas las partes coinciden en que hay material para jugar mejor, pero también sostienen que la cercanía del debut por la Copa Libertadores hace que se prendan las alertas debido al flojo presente.
Por todo ello, a partir de ahora, se analizará día a día el ciclo de Hugo Ibarra en Boca Juniors. El golpe fue fuerte y ya hubo autocrítica de los dos lados. Ahora será cuestión de saber si esto alcanza para dar un golpe de timón a tiempo para la gran obsesión de los simpatizantes xeneizes.
Fuente Infobae