Mauricio Macri acababa de repasar los principales puntos de la «pesada herencia» kirchnerista y la temperatura ambiente del recinto parlamentario se había elevado de manera significativa, pero el momento más caliente de la Asamblea estaba por llegar.
Los termómetros estallaron cuando el jefe de Estado comenzó a hablar de los efectos nocivos de la permanente suba de precios que -recordó- se registra en el país «desde hace una década».
«La inflación existe porque el otro Gobierno la promovió, ya que creía que era una herramienta válida de la política económica», sentenció un Macri con gesto adusto y la mirada puesta en los rostros de los legisladores.
La definición provocó una sonrisa socarrona de Axel Kicillof, que antecedió una reacción virulenta de los referentes kirchneristas. «La inflación ya está bajando», aseguró el mandatario. «¡¿Cuándo?!», replicaron desde una de las bancas opositoras. Los pedidos de silencio motivaron otro reclamo: «¡Que respete al pueblo!».
Entonces ya fue imposible contener el estado de ebullición: los legisladores del FpV comenzaron a chiflar y abuchear al Presidente de la Nación sin ningún tipo de moderación, a pesar de la intervención de Gabriela Michetti, que intentó aquietar aguas convulsionadas.
El jefe de Estado, visiblemente molesto, entendió que no era momento de quedarse callado y reaccionó: «Hay que respetar el voto democrático. Señores, ¡hay que respetar el voto de la democracia!».
Los aplausos y un atronador «sí, se puede» del oficialismo se entremezclaron con los abucheosde legisladores opositores que se levantaron de sus bancas para mostrar carteles con mensajes críticos al gobierno nacional. Hubo que esperar un minuto para que el mandatario pudiera retomar su discurso.
Infobae