El mandatario uruguayo se libró de un vicepresidente que ya lo fastidiaba, mientras José Mujica (antecesor de Tabaré) masticaba bronca por no haber podido impedir la caída de su ahijado político.
La vicepresidencia podría ser ocupada por la senadora Lucía Topolansky, mujer de Mujica, que indicó que «asumirá» lo que le pida su partido.
El anuncio cayó como un balde de agua helada al plenario de la coalición de izquierda que gobierna el país desde 2005.
El MLN-T había sido fundado como guerrilla revolucionaria en los años 70 por el padre de Sendic.
Mujica minimizó los hechos al explicar que los desvíos eran por poco monto. Pero el Tribunal de Conducta Política frentista, que había concluido que «no quedaban dudas de un modo de proceder inaceptable de Sendic en la utilización de dineros públicos», también se había referido al monto de las compras personales con la tarjeta de crédito de Ancap.
«Desde el punto de vista ético, la cuantía de una malversación y el grado de enriquecimiento tienen importancia sólo relativa», señaló el tribunal. Y había subrayado que «un enriquecimiento indebido de monto poco importante es también una violación de principios que deben considerarse fundamentales».
Luego de analizar los estados de cuenta de las tarjetas de Sendic en aquel tiempo, sostuvo que eso «compromete su responsabilidad ética y política con incumplimiento reiterado de normas de control».
Pero la caída del vicepresidente, que ahora deberá ser debatida y votada por la Asamblea General de los 30 senadores y los 99 diputados, no fue por el uso de dinero público para compras personales, sino por una acumulación de irregularidades, las que lo han dejado al borde de un procesamiento penal antes de fin de año.
Nada de ello se produjo en el actual gobierno, sino que ocurrió en la presidencia de Mujica (2010-2015), que dejó varias investigaciones por irregularidades y síntomas de corrupción, que se procesan en distintos juzgados.
El caso por el que Sendic quedó en el ojo del huracán se produjo cuando era presidente de Ancap, donde generó un plan de expansión que derivó en obras que costaron varias veces lo presupuestado, con fallas en controles y con operaciones de publicidad que tenían vínculos con la campaña electoral, según las denuncias.
Uno de los casos que está en esa investigación fue la fiesta para inaugurar una planta a la que invitó a la entonces presidenta argentina, Cristina Kirchner. Entre decenas de episodios que figuran en el expediente, está el uso del avión de la empresa estatal para traer y llevar al entonces ministro de Economía argentino Axel Kicillof a un acto de promoción de la campaña del grupo de Sendic.
Tabaré transmitió preocupación por la herencia de Mujica y ordenó remover a directores y gerentes de ese ente.
La Nación