La Suprema Corte rechazó el planteo de los abogados querellantes Sergio Piris y Juan Pablo Gallego, quienes pidieron la inmediata detención del sacerdote cuya detención no se hizo efectiva porque la Justicia determinó que la misma se aplicará al quedar firme la condena.
Este planteo ya había sido desestimado previamente por la Sala I de la Cámara en lo Penal de Morón, y por el Tribunal Oral Criminal Nº1 de la misma jurisdicción el cual realizó el juicio y encontró culpable a Grassi de «abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado, dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada».
Los jueces de la Suprema Corte consideraron inadmisible el planteo de los querellantes, ya que no se trata de «sentencias definitivas, entendiendo como tales a las que terminan la causa o hacen imposible su continuación o a las que, recayendo sobre una cuestión incidental, producen ese mismo efecto respecto de la causa principal».
Para la Suprema Corte «al posibilitar la libertad ambulatoria durante la sustanciación de la etapa extraordinaria (si se toma en cuenta el estado procesal de la causa principal), no ocasiona un perjuicio de imposible reparación ulterior que requiera tutela inmediata». Además, evaluaron que en el caso no se da una situación de «gravedad institucional», como invocaron los acusadores.
El fallo de la Suprema Corte es del pasado 28 de diciembre pero recién se conoció en las últimas horas. Este año se prevé que ese Tribunal resuelva si confirma o no la condena del sacerdote, y sobre todo si se ordena o no su detención.