La reunión fue organizada con poca antelación por el Gobierno francés, que ostenta la presidencia de turno de la UE, y se centró en la necesidad de una cuarta dosis y en las vacunas adaptadas contra las variantes.
En un mensaje posterior a la conferencia publicado en Twitter, Kyriakides señaló que la prioridad debe ser inmunizar a los no vacunados, que todavía constituyen una cuarta parte de la población de la UE.
Hungría y Dinamarca, miembros del bloque, ya han decidido poner en marcha una cuarta dosis de vacunas. Copenhague dijo que lo haría para los más vulnerables, mientras que el Gobierno húngaro dijo que todo el mundo podría recibirla tras una consulta con un médico.
El despliegue de la cuarta dosis comenzó en Israel el mes pasado, convirtiéndose en el primer país en administrar la llamada segunda dosis de refuerzo. La campaña va a continuar a pesar de los resultados preliminares de que la cuarta dosis no es suficiente para prevenir las infecciones de Ómicron.
Los países más ricos decidieron acelerar el despliegue de las terceras dosis en plena oleada de nuevos casos causados por la variante ómicron, más contagiosa, pero siguen divididos sobre la cuarta. Muchos consideran que se necesitan más datos antes de decidir.
En la reunión también se debatió la coordinación de otras medidas, incluidas las posibles nuevas adquisiciones conjuntas, ya que «las vacunas adaptadas a las variantes van a llegar pronto», dijo la presidencia francesa.
Las vacunas adaptadas a la nueva variante podrían estar listas ya en marzo, pero el regulador de medicamentos de la UE ha dicho que aún no está claro si son necesarias.
Se está trabajando en el desarrollo de vacunas multivalentes que podrían proteger contra múltiples variantes, pero no se sabe cuándo o si podrían estar disponibles.
«Está claro que hay que dar prioridad a una nueva generación de vacunas que sean eficaces contra varias variantes y que, idealmente, protejan contra la infección», dijo Kyriakides a los ministros.
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