El próximo domingo, los habitantes de la Unión Europea deberán adelantar sus relojes una hora para ajustarse al horario de verano, un cambio que cuenta con un número creciente de opositores. Sin embargo, la Unión Europea aún no logra alcanzar un consenso al respecto. Este debate, que surge dos veces al año, refleja las grandes dificultades que enfrenta la UE para tomar una decisión que requiere la aprobación de los 27 países que conforman el bloque.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE presidido por Ursula von der Leyen, propuso en 2018 poner fin al cambio de hora, tras una consulta en toda Europa en la que cerca de cuatro millones de personas se pronunciaron a favor de poner fin a la práctica. El Parlamento Europeo dio luz verde, pero desde entonces el tema está estancado. La propuesta quedó en el limbo tras toparse con la oposición de algunos países.
Las distintas posturas de los Estados miembros
Lituania ocupará la presidencia rotativa de la UE en el primer semestre de 2027, y ya tiene planes de impulsar la discusión como una de sus prioridades. El legislador irlandés Sean Kelly recordó que «Hay estudios que sugieren que el cambio de horario es malo para la salud humana. Y tiene muy pocos beneficios». En la última década, diversos países han eliminado el cambio de horario, como Azerbaiyán, Irán, Rusia, Siria, Turquía y Uruguay.
¿Cuándo se estableció el cambio horario?
El horario de verano se originó en Alemania durante la Primera Guerra Mundial y se difundió por todo el continente. La práctica cayó en desuso después de la Segunda Guerra Mundial, hasta la crisis del petróleo de los años 70, cuando se volvió a implementar para conservar energía.
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