El Roberto Natalio Carminatti fue el escenario en el que se inauguró la jornada sabatina del fútbol doméstico. Lanús yOlimpo se vieron las caras en Bahía Blanca en un duelo que estuvo marcado por las constantes insinuaciones aéreas.
Como el partido no tuvo un claro dominador y la llegada del gol se podía establecer en cualquier arco, la incógnita favorecía al entretenimiento, dado que la destacada labor de los arqueros, sobre todo la de Fernando Monetti, atentó contra los deseos de los atacantes.
En el Granate el recurso más empleado para abrir el marcador se basó en la pelota parada ejecutada por Maxi Velázque y las incursiones ofensivas de Nicolás Aguirre. En cambio, el Aurinegro apostó por la sociedad compuesta por Francisco Pizzini y Fernando Coniglio.
En el complemento el ingreso de Miguel Almirón por Ciro Rius le dio más vértigo al equipo de Jorge Almirón, peroNereo Champagne evitó lo que podría haber sido el triunfo bonaerense. A medida que transcurrían los minutos la sentencia popular conocida como gol gana se hacía más perceptible y el paraguayo tuvo una ocasión muy clara para marcar la diferencia que fue desviada por Nereo Champagne.
La repartición de puntos marcó la justicia por la actuación de los arqueros. Ambos merecieron concluir su compromiso con sus vallas invictas. Los responsables de la igualdad estuvieron bajo los tres palos.