Las ciudades argentinas crecen varias veces más que las europeas, pero desorganizadas

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En la última década se agudizó el crecimiento de diversas ciudades en todo el país, sin orden y con carencias de servicios básicos, que agravaron los bolsones de pobreza, porque limitaron las posibilidades de sus habitantes de llegar a un mercado de trabajo amplio, con diversidad de oportunidades.

Se estima que de continuar la tendencia actual de crecimiento urbano desarticulado, sin más norte que la búsqueda de tierras marginales con muy bajo valor del metro cuadrado, «en 10 a 20 años diversas ciudades del interior del país y también de áreas metropolitanas de Buenos Aires, duplicarán su tamaño, sin que exista un componente de aumento de la densidad poblacional que lo justifique».

Así surge de un singular trabajo del Centro de Investigaciones de Políticas Urbanas y de Vivienda (Cipuv), de la Universidad Torcuato Di Tella, que presentó a la prensa la profesora e investigadora Cynthia Goytia, sobre la base del análisis de los datos de los últimos tres censos de Población y Vivienda, entre 1990 y 2010, y la actualización con la ayuda de recientes imágenes satelitales.

El estudio determinó que «muchas ciudades de nuestro país crecen hacia la periferia en áreas con baja dotación de servicios y bienes públicos. Con un ritmo que triplica el crecimiento poblacional, 5 de ellas habrán duplicado su tamaño en 10 años», explica con preocupación Goytia, porque no responderá al trabajo de planificación y coordinación de los organismos municipales, provinciales y nacionales, que asegure la mejora de la calidad de vida de sus habitantes y habilite más oportunidades laborales.

«En un escenario donde San Salvador de Jujuy crece 100 veces más que Londres y el AMBA, 33 veces más que Oslo; es urgente que las políticas públicas se ocupen de este crecimiento, porque se transforma en una de las causas de la perpetuación de la pobreza en nuestro país», resalta Cynthia Goytia, directora del Cipuv.

A ese escenario se llega porque se trata de desarrollos incompletos, por el alto costo que representa el tendido de servicios de agua, cloacas, gas, luz y demarcación de calles para facilitar el acceso de los medios de transporte público.

El crecimiento urbano de baja densidad poblacional, y sin planificación, porque no se correspondió con la expansión de la población, genera el caldo de cultivo para la perpetuidad de casos de pobreza, porque por el costo de instalación de servicios cloacas, agua, transporte público, avanza de modo incompleto. «Por eso es relevante atender las políticas públicas y la coordinación interjurisdiccional, principalmente con los municipios que son los que tienen la potestad de dividir las tierras disponibles para su urbanización», destaca la investigadora de la Universidad Torcuato Di Tella.

De ahí que con el propósito de hacer una contribución a los organismos públicos, para comenzar a revertir esa expansión desarticulada de muchas ciudades del país, el Cipuv creó el Atlas de Crecimiento Expensión Urbana, el cual permite ver en imágenes satelitales la gravedad que representa para la inclusión social y para las finanzas públicas no poner freno a ese proceso, y alentar programas correctivos del cuadro existente, así como coordinar un desarrollo armónico.

Los casos más críticos

A contramano de lo que sucede en los países desarrollados, el estudio del Cipuv entre 2001 y 2010 registró que «la tasa de crecimiento territorial de los 31 aglomerados urbanos de la Argentina fue del 3,5% anual, triplicando la tasa de crecimiento poblacional anual (1,2%), y más aún en aglomerados de Catamarca con 7% o Jujuy, a un ritmo de 6,1% anual.

«La urbanización en las provincias de Catamarca, Jujuy, La Rioja se expandió a ritmo de 5,4% anual; San Juan y Comodoro Rivadavia 5,3%; y Rawson 5,1%; con lo que duplicarán su tamaño en sólo 10 años; mientras que más de la mitad de aglomerados urbanos (13 sobre un total de 31) se duplicarán en 20 años. Son los casos de Bahía Blanca, el Área Metropolitana de Buenos Aires, Formosa, Mar del Plata-Batán, Mendoza, Neuquén y Santa Fe», alertó Cynthia Goytia.

Muchos asentamientos precarios se localizan a más de una hora de los centros urbanos (NA)
Y al comparar con lo que sucede en el resto del mundo, según los números de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), el trabajo concluyó que «el contexto nacional presenta una tendencia preocupante. Catamarca o Jujuy triplican el crecimiento de Madrid, una de las ciudades que más creció en Europa, a un tasa media de 2,4% por año, cuando la tasa de crecimiento poblacional de la capital española, con 1,8%, es mayor a la de las ciudades argentinas», observó Goytia.

El Cipuv  comparó  el crecimiento del área metropolitana de Buenos Aires con el de otras ciudades cuya población ha crecido a tasas de similares -o aún superiores- (entre 1,5 a 1,8% anual), y obtuvo que la tendencia se potencia, porque con 3,66% de expansión acumulada por año triplicó el crecimiento de Washington DC (1,05%); es 33 veces superior al de Oslo (0,11%) y 61 veces más que Londres (0,06%).

Acceso a un mercado laboral muy pequeño

A la gravedad que representa vivir en condiciones de singular precariedad habitacional y salubridad, «los residentes en los asentamientos de la periferia de la periferia, agregan las extremas limitaciones para obtener empleos acordes con sus potencialidades y mejor remunerados», explicó Cynthia Goytia.

El Ciuv, basado en sofisticados métodos de cálculo de desarrollo internacionales, determinó que «un habitante de la Villa 31, en Retiro, puede acceder a un mercado de 3 a 4 millones de empleos, mientras que uno que reside en un asentamiento en la periferia del Gran Buenos Aires, como en zonas alejadas del centro de Morón, sólo puede llegar a un mercado de 15.000 empleos, por las restricciones que debe enfrentar para acceder a medios de transporte público y de rápida conexión con el resto del área metropolitana de la provincia».

Los investigadores del Cipuv concluyen que «debiera preocupar a la población en general, y a la dirigencia política en particular, el desarrollo no articulado de las ciudades, donde representa el 20% en la provincia de Buenos Aires, y llega al 50% en Gran Paraná (Entre Ríos) y Santa Fe, porque en esos asentamientos reside el 31% de sus poblaciones con acceso deficitario o incluso sin disponibilidad de infraestructura básica, y por tanto con índices de pobreza superior al promedio nacional».

«El crecimiento territorial crea enormes desafíos para gestionar la calidad de vida de los habitantes. El gran desarrollo en extensión, que en nuestro país no está asociado a un significativo aumento de la tasa de crecimiento poblacional, determina importantes costos para financiar el desarrollo de infraestructuras», explicó Goytia.

«Aún falta entender que la pobreza tiene su matriz en la condición urbana, localización y geografía de oportunidades. Las malas decisiones en las ciudades no se podrán ocultar, persisten a través del tiempo. Hoy es el momento para desarrollar políticas urbanas que guíen el crecimiento sustentable y su financiamiento, abordando los temas de inclusión para construir un futuro sin pobreza», concluyó la investigadora del Cipuv.

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