La conversación entre el papa Francisco y el presidente Mauricio Macri en la mañana de este lunes en el Vaticano giró en torno a la situación de la pobreza en la Argentina y el flagelo del narcotráfico pero también tuvo un momento de distensión cuando se sumaron los miembros de la familia Macri-Awada al encuentro.
Antonia, la hija del primer mandatario con su tercera esposa, Juliana Awada, sometió a Francisco a un cuestionario que, por su espontaneidad, puso en aprietos al jefe de la Iglesia Católica.
Según contó Macri en la conferencia de prensa posterior que concedió en la Embajada de la Argentina en el Vaticano tras la audiencia privada de casi una hora con el Papa, «Antonia no se acordaba que ya lo había visto hace dos años», cuando Francisco recibió al entonces jefe de Gobierno porteño: el día de su asunción, Bergoglio había sido directo: «traigame a Antonia».
Ahora, a poco de cumplir 5 años, Antonia interpeló al Papa en una conversación que el presidente reprodujo:
Antonia: – ¿Tenés papás?
Francisco: – Sí, pero están en el cielo.
Antonia: – ¿Dormís con esta misma ropa?
Francisco:- No, duermo en pijama.
Antonia:- ¿Comés la misma comida que nosotros?
Francisco:- Sí, como lo mismo que vos.
Según el presidente Macri, el momento «fue muy gracioso» y «el Papa se rió mucho con el cuestionario de Antonia», y destacó la «familiaridad» que siempre tuvo con el ahora obispo de Roma.
Al encuentro, Macri y Awada concurieron junto a sus hijas de matrimonios anteriores: la hija mayor de él, Agustina, y la de ella, Valentina.