Le Pen se anota un triunfo sobre Macron en la batalla por salvar los empleos franceses

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Foto Web

Obreros en huelga abuchearon este miércoles al favorito a ganar el balotaje presidencial en Francia, el liberal Emmanuel Macron, durante una visita del candidato a una fábrica luego de que su rival ultraderechista Marine Le Pen le tendiera una emboscada política y se reuniera previamente con los trabajadores sin haberlo anunciado.

Demostrando la cintura política que siempre se le ha atribuido, Le Pen apareció junto a los trabajadores en huelga en la propia fábrica de secadores de ropa Whirlpool en la norteña Amiens, que será deslocalizada, mientras Macron se reunía a puerta cerrada con los sindicatos en la Cámara de Comercio.

El poder de la imagen fue devastador: el baño de masas de la ultraderechista, entre selfis a las puertas de la planta y gritos de «¡Marine, presidenta!», difundido al mismo tiempo que la reunión de un Macron con semblante sombrío frente a una magra representación sindical, en la otra punta de la ciudad.

Rodeada por obreros vestidos con sus mamelucos amarillos, y en una región que apoya a ultranza a su partido anti inmigración Frente Nacional (FN), Le Pen, de 48 años, se declaró la candidata de los trabajadores de Francia y presentó a los huelguistas como víctimas de la gloablización.

«Te vamos a sacar de acá», le dijo Le Pen a una mujer a la que abrazó en medio de la multitud congregada frente a la planta, en cuya valla se veían pancartas de los huelguistas

La carismática dirigente, que defiende postulados nacionalistas, proteccionistas y anti Unión Europea (UE) y que tiene en el voto obrero uno de sus principales activos, prometió no dejar que cierre la fábrica si gana el balotaje del 7 de mayo y acusó a Macron de mostrar «desprecio» hacia los trabajadores por no ir a la planta.

«Soy la candidata de los trabajadores, la candidata de los franceses que no quieren que se lleven sus trabajos», dijo durante su hábil maniobra, que fue transmitida en vivo por el canal BFM TV y que tuvo un efecto inmediato sobre los planes de Macron.

Unas horas después, el candidato independiente apareció en la fábrica, pero no logró más que dar toda la apariencia de haber caído en una trampa urdida por Le Pen.

Cubierta en vivo por las cámaras de TV, la visita resultó caótica y potencialmente dañina para la imagen del candidato, con decenas de personas que lo silbaban y abucheaban y cantaban «¡Marine, presidenta», mientras una pila de gomas ardía al fondo y una columna de humo negro se elevaba hacia el cielo.

«¿Por qué no viniste antes?», le gritó una mujer a Macron.

«Salve nuestros trabajos, señor Macron!», gritó un hombre, según informó la cadena de noticias CNN.

El problema de la fábrica de Amiens, que además es su ciudad natal, ha sido una piedra en el zapato para Macron desde que se conociera en enero que Whirlpool planea trasladar su producción a Polonia.

Con 290 empleos fijos en riesgo, el ex ministro de Economía, que hace campaña con una plataforma pro UE, aceptó reunirse con el comité intersindical de la planta, pero no visitar a los huelguistas junto a la fábrica.

Rodeado por los trabajadores -entre los que había miembros del FN, según los medios franceses-, Macron argumentó que no puede «prohibir a una empresa cerrar una fábrica, porque eso no es posible. Si no, ninguna empresa más vendría a invertir en Francia».

Para cerrar este primer asalto, la candidata -que fue la segunda más votada, tras Macron, en la primera vuelta del pasado domingo- emitió un comunicado con sus propuestas para evitar la fuga de empresas, entre ellas tasar al 35 % cualquier producto que salga de una fábrica deslocalizada y que sea vendido en Francia.

A la espera de convencer a Whirlpool para no dejar Francia o de encontrar a un socio industrial que conserve los empleos, Le Pen se comprometió a nacionalizar la planta «si es necesario».

En un acto posterior en Arras, en el norte de Francia, Macron criticó esa idea de su rival, a la que tildó de «demagoga», y aseguró que hará campaña en todos los feudos en los que la ultraderechista tiene amplio apoyo, especialmente zonas rurales del noreste y el sureste del país.

«No silben a Le Pen, vayan a combatirla, a convencer a la gente en sus casas», dijo a sus seguidores, quienes blandieron en el acto banderas francesas y de la UE al grito de «¡Macron presidente!».

Fuente: Telam

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